Izuku solo quiere ser libre, quiere poder amar y dejar de tener sangre en sus manos. No quiere que nadie más salga lastimado a causa de ello, lo idóneo sería que ellos lo odiarán, que su corazón dejará de latir por ellos...
Pero la vida es una perr...
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— Entonces, estás listo para cooperar.
— Sólo eres la ramera de ese político. — suspiré, tomé uno de los pequeños cuchillos que traía, encajándolo en su muslo de manera brutal. — ¡Jodida perra!
— Mira, solo estoy haciendo mi trabajo así que habla o tendré que forzarme a usar mi quirk.
— E-Esta bien... Sólo me dijeron que lo vigilará y viera sus debilidades.
— Muchas gracias cariño — sonreí para después desgarrar su garganta. Ya mañana encontrarían el cuerpo. Le hablé a Ritsu para que me mandara un carro, al llegar y ya después de haber desechado y quemado la ropa que usé. Subí al carro recibiendo un mensaje de Karma, preguntándome si ya iba de regreso. Pronto recibí una llamada suya
— ¿Diga?
— Hola Nagisa, ya vienes en camino?
— Si, ya estoy en carro llegó en unos 20 minutos amor.
— ¿Todo bien?
— Sí, ya sabes lo típico, de querer asesinarte. Debes dejar de provocar a los demás Karma
— Pero tengo al novio más valiente del mundo así que estoy tranquilo.
— Sí... novio...
— ¿Pasa algo?
— Nada amor, ya casi llego te veo en un rato.
Colgué antes de que me respondiera, llevábamos bastante tiempo siendo novios, es decir Izuku apenas y llevaba un año (dado que desapareció un rato) y ¡ya estaba casado! No es que necesitara casarme pero... me gustaba esa idea de por fin unirme a Karma... No puedo decir que vivíamos juntos porque él o yo estábamos fuera, nada más compartíamos la casa y breves momentos como ese. Ya hasta había hablado con Rio, la secretaria de Karma, mejor ella me dice que si fuera Karma ya me hubiera desposado.
Estúpido Karma Akabane, Estúpido y sensual Karma.
Llegué pronto a casa, al subir al departamento, justo antes de entrar Karma me abrió la puerta.
— Bienvenido Nagisa.
— Ya estoy en casa, karma — se inclinó para besarme y tuve que pararme de puntas para besarlo. Aún llevaba su corbata aunque esta estaba desajustada y también aun usaba su camisa del trabajo.
— Bueno, pasemos, la comida se enfría.
Ambos caminamos haca el comedor, había servido estofado de de res con arroz, la verdad tenia bastante hambre, me senté para agradecer la comida, comíamos en silencio, de reojo miraba a Karma, era un buen hombre... tal vez un poco burlón pero era inteligente y buen dirigente. Cualquier chica estaría feliz de estar con él... supongo que por eso no se quiere casar conmigo.
