Izuku solo quiere ser libre, quiere poder amar y dejar de tener sangre en sus manos. No quiere que nadie más salga lastimado a causa de ello, lo idóneo sería que ellos lo odiarán, que su corazón dejará de latir por ellos...
Pero la vida es una perr...
Notas al final del capítulo, voten y comenten. Disfruten!
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"Repentinamente,
Las lágrimas siguen derramándose de tus ojos
Y la Luz de la Luna se vuelve borrosa"
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Empezó cuando tenía 5 años, recuerdo estar en mi habitación hablando con Shouchan y Kacchan.
— ¡Entonces mañana iremos al parque! — dijo Kacchan mientras hablábamos los tres por teléfono, fue en ese momento cuando empecé a escuchar las sirenas de los bomberos.— ¿Que pasa Deku?
— Afuera se escuchan las sirenas... — me asomé y el cielo nocturno se veía iluminado por el fuego que salía de varias zonas, pronto empecé a oler a humo, abri mi puerta la cocina estaba quemándose. — Ahhhhh!
Escuché a mis amigos hablarme, tire el teléfono, trate de salir por la puerta pero la estructura comenzaba a ceder, corrí a una ventana, estábamos muy alto, trate de gritar para que alguien me ayudara, la gente se iba arremolinando, gritaba por mis padres.
El humo del lugar entro en mis pulmones haciéndome jadear, necesitaba respirar, pronto el humo y el calor me mareo, antes de perder la conciencia vi a mi padre entrar, agarrándome en sus brazos para después dejarme llevar.
De ahí tenía lagunas de que me iba despertando de a ratos, recuerdo el sonido de las sirenas, cuando me dejaron en la camilla, de la habitación del hospital. Eso fue lo último que vi. Recuperando la conciencia estaba en lo que parecía ser un bar, frente a mi había un niño de cabello negro y ojos color rojo. Me miraba fijamente, su piel parecía muy reseca con varias cicatrices
— maestro! Ya despertó — el niño se paro y un hombre con máscara apareció, daba miedo y me hice para atrás
— Tranquilo pequeño, ¿te encuentras bien?
— ¿Q-Quien?
— Oh perdona mis modales, el niño de aquí es Shigaraki Tomura, puedes decirme Maestro.
— ¿D-Dónde estoy? H-Había fuego...
— Si, íbamos pasando y escuchamos tus gritos. Llamamos a los héroes pero nadie venía, tuvimos que rescatarte nosotros. — habló el mayor, ¿los héroes no habían venido? ¿No siempre estarían para protegerte?
