Life is HELLA strange 🦋

Capitulo 17: El Vortex Club.

Nota: Ninguno de los comentarios hechos en este capítulo tienen la intención de ofender a las comunidades Cristianas, ateas ,Católicas o cualquier otra religión.

Cabe aclarar que mi familia es sumamente religiosa, por lo que yo aprecio mucho a la comunidad, gracias :)

Viernes por la mañana, 2013.

—Todo el tiempo se menciona este nombre, es el típico club en donde adolescentes buscan llenar su corazón vacío con alcohol y drogas.

Insípido, aburrido. Así lo veo yo, es gente vacía, con un alma vacía. Sin intención de ofender a nadie, claro...

Por otro lado, mi alma está en busca de Dios. Su palabra y predicado, ayuda un poco a restaurar mi fé en la humanidad.

"Creía, eso creía."

Mis padres dicen que el alcohol es innecesario, es absurdo, que la adolescencia y sus tonterías son absurdas.

Les creo, quiero creer que todo ser humano quiere llegar a su perfección, pero no a la perfección de Dios.

¿El aborto como una salida? ¿Porque tomamos alternativas tan corruptas? ¿Se han puesto a pensar en lo que diría nuestro Señor?

— ¡Hacemos bien!— Gritó un chico al fondo de las bancas.— ¡Pensé que venías a hablar de sexo!

— ¡El acto sexual antes del matrimonio es un pecado! ¡Sucio Blasfemo!— Ataqué molesta.

El chico se retiró no sin antes dejarme su dedo medio molesto, cosa que bien dicho, me hizo sentir mal...

— Como decía, la intimidad entre el hombre y la mujer debe de ser respetada, pero por favor, respetemos a Dios. O de otra forma, las puertas del infierno terminarán esperándolos.

— Uhm.— Una señorita no mucho mayor que yo levanto su mano. Asentí.— ¿Porque estamos escuchando esto?

— Es necesario.— Respondí a su pregunta con paciencia.

— No lo son, el sexo es asombroso, punto final.

— ¡Ese es tu punto! ¡No el punto de Jesús!— Estaba molesta, este era el discurso que escuchaba todas las mañanas.

— ¡Buuu!— Dijo un coro de chicos y chicas los cuales se retiraban haciendo bolas de papel mis folletos.

Él aula quedó sola después de eso.

Unos minutos de silencio inundaron la habitación. No podía ser cierto...

— Dios santo...— Dije recogiendo unos papeles a punto de llorar, mis ojos estaban enrojecidos y todo se estaba viendo borroso.

— Hey...— Escuche una voz levantando un papel.— El discurso es lindo...

— Me halagas... lo llevaba practicando toda la semana.— Sonreí débilmente a lo que finalmente mire a la persona dando cumplidos.— ¿Victoria?

— ¿Qué?— Preguntó indignada.— ¿No puedes reconocer mi voz al ver que puedo ser una buena persona?

— No, no es eso.— Negué con la cabeza.— Es solo que...

"Su voz es más chillona a la hora de insultarme, es una ironía."

— ¿Es solo qué...?— Trató de darle continuación a mi oración.

— N-Nada. ¿Qué haces aquí?

— Vine a hablar contigo, monja.— Sonrió forzadamente a lo cual yo me alejé unos centímetros.— Te necesitamos.