Capitulo 23: Chrysalis: Parte II

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(Bienvenida a casa, Max.)

Siete de Octubre, 2013
Alguna parte de Arcadia Bay.

No recuerdo haber estado así de nerviosa desde la vez del tren con Rachel, y hasta eso la había cagado al comentar el clima.

Uff, que tenso. Todo estaba tan... callado.

Y la verdad no pensé que fuera así... lo imaginé con lágrimas y todo. Pero de alguna manera ahí permanecía, sentadita como buena niña sin decir ni una sola palabra. Comencé a frustrarme, ¡yo quería emoción, risas, llanto!

Ok... si me pegaron lo dramática.

Bueno, no pensé reencontrármela de esa manera después de cinco años sin hablar.

La miré de reojo, estaba más alta; le doy el privilegio pero sigue sin llegarme a rozar la cabeza. Castaña, se corto el cabello hasta llegarle a los hombros, seguía igual de delgada que la última vez que la vi, noté esas ligeras pecas que cubrían su rostro llenando sus mejillas y nariz con puntitos cafés, causándome ternura.

Que no, Chloe. Recuerda, estás enojada con ella, no te dejes llevar.

El ambiente esta tan denso que hasta puedo cortarlo con unas tijeras, si no hablo juro que moriré ahí mismo...

Vaya, tomando en cuenta cómo van las cosas...

Mi casa está algo lejos de aquí, por lo que me imagino que este será un viaje algo largo e incómodo. ¡No puedo creer que tengo a Max, si, la Max de la que tanto hablo, frente a mi! Esto de veras no puede ser real, tengo que pellizcarme o algo.

Según yo iba a comenzar a regañarla desde aquí, pero conozco a Max. Verán que ella solita se va a encargar de regarla, y siempre fue así.

Solo mírenla, es adorable.

Honestamente, esa ternura me causa un escalofrío, así preguntándome qué hice como para merecer esto. 1) que el loco de Prescott quiera volarme los intestinos y 2) tener justo a mi lado a la única persona que pedí específicamente tiempo para meditar y hablarle.

Universo, si me oyes; te odio.

Por alguna razón me siento... intimidada.

No creo que sea por que me sudan las manos desde el volante, o porque no puedo encontrar una posición cómoda en el asiento. Taaalvez es por el hecho de que me lanza miraditas llenas de culpa cada cinco segundos, eso me desquicia queriéndola hacer parar.

— Hombre, Nathan Prescott si está mal de la cabeza. Y es peligroso... este día nunca termina.

Vaya, primeras palabras después de cinco años... genial, genial.

—"Oh, y gracias Chloe."—Dije sin darle mucha importancia al asunto, amenazaban con matarme ahí mismo. Parece que no soy el único centro de atención del niño rico.— Después de cinco años, sigues siendo Max Caulfield.

Solo se retorció en su asiento, se notaba lo incómoda que se sentía, hasta yo. Esto se siente tan pesado que siento que necesito abrir una ventana.

—No me pongas esa cara, al menos finge que estás feliz de verme.— Uff, finalmente. Después de cinco años, lo logre. Eres grande, Price.

—De verás estoy feliz de verte.— Sonaba atarantada, bueno, tenemos algo en común: ambas nos metimos con un Prescott, ni siquiera se el porqué de ella.- Oh, y gracias Chloe. Tiene total sentido que te haya visto hoy.

Life is HELLA strange 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora