Ocho.

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Eran las dos de la tarde, ya me había despertado desde ya hace un rato pero MIchael seguía durmiendo como un oso.

¡Joder! que no se cansa de dormir.

Me pare de mi cama.

El restaurante de comida Española esta atrás de la casa, pero no quiero salir. No quiero gritos de chicas en mis oídos, aún no.

Pero entro en pánico cuando sé que tendré hambre y no hay casi nada en la refrigeradora.

Las fans no saben exactamente donde vivimos, pero eso no implica que no nos conozcan, lo que me entra pánico, no sé cómo carajo tratar a una mujer exactamente, siempre me costó eso, joder.

Siempre me costó tratar con personas a decir verdad, era muy complicado para mi poder hablar con personas de la misma especie que yo. Pero eso no significo imposible, conocí a Calum de esa manera, así que no creo que sea tan malo como creo.

Me puse una chaqueta que encontré en el armario que esto seguro es de Ashton y unas botas negras, no quise arreglarme el cabello hoy. Así me puse una gorra que tapara la horrible posición en la que mi cabello se había quedado.

—Luke, Luke ¡Luke! ¡LUKE!

Entré a mi habitación inmediatamente con él corazón en la garganta.

—Jodido seas, Michael. Me asustaste

Él soltó una risita escondiéndose en la almohada.

—¿Que mierda quieres, Michael?

—¿Dónde estabas? ¿A dónde te vas?

—Voy a comprar, Calum dice que te ama.

Y salí de ahí de la misma manera en la que entré.

No me quiero enfrentar al Michael recién me despierto, ese es el Michael más cariñoso que encuentras.

Corro puertas atrás para encontrar el restaurante.

Odio esta etapa de la adolescencia, de los granos en la cara y las hormonas en el cuerpo. Y esa decisión que tomas que probablemente sea lo más importante de tu vida; elegir tu preferencia sexual.

No me había puesto a pensar en ello antes, toda mi adolescencia me la pase de largo, salí con chicas, estuve de novio de una chica, estuve tontamente enamorado de una chica. Y eso es un punto importante.

Nunca he tenido una atracción hacia alguien del mismo sexo que yo, nunca me ha gustado un hombre. Lo cual es normal, no tiene por qué gustarme un hombre ¿o sí?

Michael es un hombre, Michael tiene pene, pero eso no quiere decir que me guste ¿o sí?

—¿Va a pedir algo o se retira?

—¿Ah?

— Señor, lleva con la cartilla desde hace 15 minutos ¿va a pedir algo?

—Oh, claro.

Mierda. Revise la cartilla de inmediato escogiendo una especie de arroz anaranjado con pollo.

—¿Cuántas porciones?

—Dos, para llevar. Por favor.

—Espere un momento.

Me senté el muy cómodo puff, parecía que estaba hecho de mantequilla, joder me resbalo.

Me paré rápidamente y espere pacientemente que me trajeran la comida.

A veces soy tan distraído, joder. Siempre he tenido problemas con eso también.

Pero es que estas cosas en mi cabeza han estado ahí y no he podido sacarlas.

Las cortinas se movían levemente creando un ambiente muy fresco, pero a la vez cálido. El mozo se presentaba en un perfecto español fluido, desconcertándome por completo. Las puertas se abrían y cerraban en varias ocasiones lo cual era algo realmente incomodo incómodo para mí.

Y sin pensarlo, MIchael vuelve a ocupar un espacio en mi mente. No me gusta andar pensando en el a cada rato que estoy solo, no me gusta tenerlo conmigo a donde quiera que yo vaya, se siente estúpido y patético.

Michael era un virus en mí y iba malogrando mi memoria matriz. 

Él y sus estúpidas escusas de frío y soledad con las cuales se metía a mi cama, me estaban volviendo loco lentamente. Pero a decir verdad, cuando él no dormía conmigo yo tampoco dormía mucho, me quedaba esperándolo inconscientemente hasta altas hora de la madrugada, Cuando finalmente lograba dormirme, ya estaba amaneciendo.

Esas charlas que cuando estaba de buen humor teníamos los dos en plena madrugada.

Cuando estábamos en la piscina—sonrió— aún recuerdo su cara avergonzada cuando supo que tenía que quitarse la camiseta. él no se la quitó y se fue a tomar agua dentro de la casa, tenía vergüenza de sí mismo. Por qué ha decir verdad Calum y Ashton son realmente musculosos y después estamos Michael y yo.

 Oh, pero ahora. Michael era todo un descarado. Él podría andar desnudo en la casa sin importarle nada, ya muchas veces le he visto la gran...

—...Joven ¡Joven!

—¿Ah? ¿Sí?

—Su pedido —en sus manos sostenía una bolsa blanca con el logo de la tienda.

Ah, ok. Muchas gracias.

Y salí lo más rápido que pude, esa señora me estaba asustando.

Camine a pasos realmente rápidos hasta llegar a la casa otra vez. De verdad tenía hambre.

Las calles seguían un poco húmedas por la inesperada lluvia de ayer, y el olor seguía en el aire. Las flores tenían más color, pero el cielo aún estaba gris.

Entré a la casa. No es fácil entrar y no escuchar la bulla de los demás golpeándote por completo. Era imposible extrañar a esos caprichosos ruidosos que lo único que causaban en mi era dolor de cabeza, pero creo que esta será una excepción.

—¡MICHAEL! ¡MICHAEL!

Deje la bolsa en la mesa, y saqué unos platos de la nevera.

Michael entró a la cocina, con un puchero y con los ojos de perro.

—Tengo mucha hambre, Luke. No me grites.

—Te estaba llamando, he comprado algo de comida española y quizás...

—Sí.

Michael desesperado sacó un envase de plástico y lo vacío en un plato.

—Oh. Esto huele delicioso, Luke —asentí— ¿Dónde vas a comer, Lukey?

—En el sillón, creo.

—Oh, te espero.

Salió de la cocina.

Tal vez era buena idea salir por esa ventana y correr hasta mi casa en Sídney. Dejando a Michael y a mis estúpidos pensamientos/sentimientos atrás.

Pero no podía. O tal vez...

No quería hacerlo.

I Don't Like Him [Muke Clemmings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora