2.

5.3K 474 78
                                    

Hello...aquí pasando apurada...😅😊
Espero se encuentren bien 💕😘

❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️

¿Entregarse a él por una noche, sin consecuencias, sin ataduras?

Taemin lo miró, perplejo.

Nunca se había acostado con un hombre y nunca había estado a punto de hacerlo. De hecho, era un chico casto y puro de veintiocho años que se había pasado la vida cuidando de otros, sin hacer realidad ni uno solo de sus sueños.
No. La respuesta era no, por supuesto. 

¿O no?

Minho no le dio la oportunidad de responder. Inclinando la cabeza, lo besó suave, tentativamente, como esperando una señal. Cuando se apartó, Taemin lo miró con los ojos de par en par.

–Muy bien –se oyó decir a sí mismo. Era un riesgo, pero ese beso lo había hecho temblar.

"Por una noche, puedes saber lo que es sentirse vivo de verdad".

¿Cuándo fue la última vez que se sintió así? ¿Se había sentido así alguna vez o había sido siempre un buen chico que intentaba complacer a los demás, cumplir las reglas, planear su vida de forma sensata? ¿Y qué había conseguido con ello salvo estar solo y con el corazón roto?

Minho lo vio vacilar y no esperó un segundo más. Enredando los dedos en su pelo, inclinó la cabeza de nuevo para buscar sus labios. Tae sintió el calor de su aliento, el delicioso roce de su lengua… y el frío aire de enero se volvió un infierno. Nunca lo habían besado así. Nunca. Las tibias caricias que había disfrutado siete años antes no eran nada comparadas con aquel exigente beso, aquel fuego.

Estaba perdido entre sus brazos, en la ardiente exigencia de su boca y de sus manos. El deseo lo envolvió como un tsunami que ahogaba la razón. Se olvidó de pensar, se olvidó hasta de su propio nombre. No sabía que pudiera ser así…

Respondió inseguro al principio, pero después se agarró a sus hombros, aplastándose contra él. Su odio por Minho y su tristeza se transformaron en deseo mientras lo besaba en la oscura noche. No sabía cuánto tiempo estuvieron besándose, pero cuando por fin Minho se apartó Taemin supo que ya no podría ser el mismo. Sus alientos se mezclaban bajo la luz de la luna y se miraron durante un segundo mientras empezaban a caer los primeros copos de nieve.

Sin decir nada, Choi tomó su mano y tiró de él hacia la casa. Taemin oía el crujido de la nieve bajo sus pies, sentía el calor de la mano de Minho en la suya. Entraron en la mansión herencia del padre de Key, con sus paredes forradas de madera y sus muebles antiguos. El interior estaba oscuro y silencioso. Al parecer, todos se habían ido a la cama. Minho cerró la pesada puerta y pulsó el código de la alarma. Subieron las escaleras hasta el segundo piso sin dejar de besarse y Taemin sintió un escalofrío. No podía estar haciendo aquello. No podía estar ofreciendo impulsivamente su virginidad a un hombre que ni siquiera le caía bien. Pero cuando Choi lo empujó al interior del dormitorio no era capaz de encontrar aliento. Se apartó un momento para tirar al suelo el abrigo negro y tomó su cara entre las manos, pasando el pulgar por su hinchado labio inferior.

–Eres tan hermoso –susurró, acariciando su cabello castaño, cubierto de nieve–. Hermoso y mío…

El calor de esos besos provocaba un cosquilleo en su vientre. Minho lo hipnotizaba con sus caricias y cuando se percató de que estaba desabrochando su camisa ya había caído al suelo junto a sus pantalones que estaban ya a sus pies.
Una hora antes lo odiaba y, de repente, estaba medio desnudo en su dormitorio.
Dejándolo sobre la cama, Minho se quitó la chaqueta y la corbata. No dejaba de mirarlo mientras desabrochaba la camisa negra para mostrar un torso ancho y musculoso, como cincelado por el mejor escultor. Se tumbó a su lado y lo envolvió en sus brazos para morder suavemente su cuello y Taemin cerró los ojos, sintiendo un escalofrío.

Una noche de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora