19- Estorbo

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Estoy unos minutos observando la escena, el trabajo ya está hecho y quedó todo justo como lo planifiqué. Los teléfonos los llevo conmigo para deshacerme de ellos por el camino, ahora solo necesito abandonar este lugar. Por la misma ventana que entré, por ella misma salgo. Estuve vigilante de que no hubiera ningún vecino fuera para poder ir directo al auto. Debo llegar a la casa o el idiota de Kevin no estará tranquilo. Me deshice de todo en un lugar lejano y quemo toda evidencia para que nadie pueda encontrarla; luego me dirijo a la casa. Veo a Kevin sentado en la puerta de entrada, con la cabeza recostada sobre las rodillas.

—¿Y a ti qué te sucede?

—¡Emily! — su repentino abrazo y acercamiento me puso nerviosa y lo alejo.

—No me abraces así. Tengo que bañarme.

—¿Por qué me dejaste solo?

—Cualquiera diría que estoy saliendo con una niñita.

—Te he dicho que este lugar no me gusta y, aun así, te fuiste. ¿Por qué no me despertaste?

—Tenía que visitar a mis padres y quería estar sola— bajo la cabeza y entro a la casa.

—Lo siento, no sabía que estabas haciendo eso.

—No importa. ¿Te bañas conmigo?

—¿Estás segura?

—¿Tienes energía luego de lo de anoche? Porque yo sí— acaricio su torso y desvía la mirada.

—Emily, ¿Te gustó lo de anoche?

—Sí, pero debemos añadir otros métodos para disfrutar mucho más— miro su cuello y lamo mis labios.

«Este es tu premio por ser una niña buena» Recuerdo las palabras de mi padre y cierro los ojos.

—Yo quiero un premio. Lo merezco por hacer todo bien y ser una niña buena— digo en voz alta.

—¿Premio?

—Necesito tomar de ti, Kevin. ¿Vas a complacerme? — trata de retroceder y lo encaro—. Yo te quiero mucho, y por eso necesito de ti. Eres la única persona que me comprende y sabe sobre mi condición. No seas cruel conmigo y ayúdame.

—Emily...

—Por favor— lo abrazo fuertemente y huelo su cuello.

—Dame algo de tiempo, por favor. Yo entiendo que debe ser fuerte y difícil para ti, pero es que eso duele.

—Todo en la vida duele, Kevin. Solo tomaré un poco— lamo su cuello y siento como se estremece—. Te has vuelto más sensible que antes— lo muerdo, no tan fuerte, pero se queja.

—Emily, detente.

Toco su erección por encima del pantalón y su cuerpo no deja de temblar.

—No te desagrada del todo, cuando estás así de excitado. Eres masoquista, por eso me gustas— muerdo su oreja y retrocede.

—Te quiero, Emily— su agarre por la cintura y el inesperado beso que me da, hace que baje la guardia por completo—. Realmente lo hago— una sensación extraña invadió mi pecho.

Una cosa lleva otra y a otra. Terminamos en la cama por segunda vez y no puedo quejarme, poco a poco va mejorando. Despierto en medio de la noche por un dolor de cabeza insoportable, bajo a la cocina por un vaso de agua y la base de los cuchillos llama mi atención. Yo necesito estar sola. No puedo perder el tiempo, ni mucho menos tener distracciones como estas.

—No, yo no puedo hacerlo—sujeto mi cabeza por el calambre y dolor que me ataca de repente—. Debes hacerlo. Tú debes vengar la muerte de tus padres y él está haciéndote perder el tiempo— restrego la frente contra la pared—. A él no. No, no quiero— entierro las uñas en mi cabeza—. Aún estás a tiempo. Debes acabar con él o tu padre jamás te lo perdonará— los recuerdos de mi padre se cruzan por mi mente, haciendo que un sentimiento de culpa me carcoma por dentro—. Es cierto. Esos eran mis planes y estoy saliéndome del camino— abro los ojos y agarro el primer cuchillo que encuentro—. Yo debo matarlo— subo a la habitación y me detengo al lado de la cama, viendo en el profundo sueño que se encuentra.

—Dicen que hace años vivía una familia de psicópatas, con una niña de once años.

—¿Y qué dicen de la niña?

—Nadie sabe de la niña.

—¿Quieres saber quién es esa niña, Kevin? Soy yo— levanto el cuchillo y lo dejo en el aire.

Parte Tres: Emily [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora