4- Nostalgia

1.1K 178 18
                                    

Termina de tomarse el primer trago y le trato de servir un poco más, pero dejo caer la botella intencionalmente; luego me arrodillo apenada para asegurarme de que su traje absorbiera el licor y así se hiciera mucho mas fácil. Sería muy aburrido si se diera cuenta antes de tiempo.

—Eres inservible, Emily. Ni siquiera para servir un trago sirves—los vidrios fueron lanzados a diversas partes debido a la patada que les proporcionó bajo el arranque de molestia —. ¿Por qué no los recoges ahora? — sonríe maliciosamente por su obra.

Miro de reojo a la gente y todos estaban divirtiéndose como para estar al pendiente de nosotras, así que me levanto del suelo y me acerco a la mesa con la supuesta idea de buscar otra botella para servirle.

—Te dije que recojas el vidrio, ¿No has escuchado?

—Eres un verdadero fastidio— le doy un sutil golpe con el codo a la vela haciendo que la misma cayera al suelo, justo donde aún permanecía esparcido el alcohol.

Me alejo de su lado en el preciso instante que el fuego tuvo contacto con su horrendo traje. Ella, al percatarse de la situación, trató de levantarse para tratar de extinguir la llama que, con ligereza se iba propagando, pero por desgracia resbaló, cayendo al suelo instantáneamente y aligerando el proceso. Sus desgarrados y ahogados gritos se escucharon a la par de la música y personas que estaban presenciando esa magnífica y excitante escena. Un joven que estaba cerca, ante el desespero e impotencia, le arrojó del vaso que tenía en la mano para tratar de ayudarla, pero lo que hizo fue empeorar el asunto. El desespero y la impotencia, puede llevarte a cometer muchas torpezas. La música la silenciaron y los gritos que mayormente se escuchaban eran los de ella. A pesar de que sus padres e incluso invitados le arrojaron agua para ayudarla, su cuerpo, en especial su rostro, estaba lleno de quemaduras.

—Veamos el lado positivo de las cosas, ahora tendrán pollo rostizado para la cena— rio internamente, pero permaneciendo en el suelo y fingiendo que lo antes presenciado había causado un gran impacto.

—¿Te encuentras bien, Emily? — mi padre me abraza contra su pecho al encontrarme atacada en llanto en el suelo.

—Tengo mucho miedo, papá— estallo en llanto apretando fuertemente su brazo.

—Todo va a estar bien, princesa. Papá ya está aquí.

A Rosanna la llevaron al hospital mientras iban interrogando a los invitados, pero ninguno había visto nada de lo que allí realmente ocurrió. La noche fue larga y extensa, estaba exhausta luego de todo lo que pasamos. Mis padres estuvieron acompañándome en todo momento y, todo, luego de fingir estar muy afectada con lo ocurrido. No me querían dejar venir a la universidad, pero aun así, me las arreglé para persuadir a mi padre y me permitiera venir. No quería escuchar más sus quejas y preocupaciones innecesarias. No sé por qué tanto alboroto, ella quería brillar y yo le ayudé. Espero que, de esta, no vuelva a molestarme y haya aprendido la lección. A la hora de almuerzo suelo ir al área del gimnasio y la pista de caminar para poder estar a solas y tranquila. Hoy, no fue como otros días; escuché unos golpes en la puerta del gimnasio y escuché la voz de Kevin. La puerta estaba cerrada con llave desde fuera, alguien debió hacerle esa broma. Sin darle importancia me dispuse a seguir mi camino, pero él escuchó mis pasos.

—¿Hay alguien ahí? ¡Sáquenme, por favor! — el desespero en su voz era notable.

¿Qué debería hacer? Ese no es mi problema. Por mí que se resuelva como pueda. Sigo caminando, pero justo en el matorral que quedaba al lado del gimnasio, salió Amy. Me distraje mucho con ella, que al mirar a mi alrededor ya estaba rodeada de sus amigas.

—¿Ibas a alguna parte?

—Esta mujer es desesperante. ¿Debería arrastrarla? No, eso no me conviene— murmuré.

Me agarran entre dos a la fuerza y abren la puerta del gimnasio para meterme dentro con Kevin; luego nos encierran de nuevo. Tuve oportunidad de sobra para evitarlo, pero no era el momento de intentar nada. No puedo desenfocarme con este tipo de cosas.

—¿Otra vez tu? — pregunto indiferente.

Kevin estaba sentado en el suelo y, por su expresión, pude darme cuenta que estaba aterrado.

—Quiero salir de aquí—suelta con los ojos llorosos.

—Abrieron la puerta y, en vez de salir, te quedaste sentado como un cobarde ahí.

—¡Hay que salir de aquí! — sujetó un objeto del suelo, y corre hacia la puerta con la estúpida idea de golpearla con eso.

—Estás perdiendo el tiempo— escucho un quejido de su parte y, un olor sumamente nostálgico, invadió mis fosas nasales; fue como una corriente eléctrica en mi espina dorsal que, incluso mi cuerpo se estremeció como hace mucho no lo hacía.

Él se gira dejando caer el objeto al suelo para así sujetarse la mano. Esa lágrima de ese rojo carmesí descendía por su brazo, de una manera tan incitante, como si de una obra de arte se tratara. No había forma de contemplarla por más tiempo, deseaba tener ese dulce y apetecible sabor en mi paladar. Lo acorralo contra la puerta bajo ese arranque de inmenso deseo sin dejarle alguna posible ruta de escape.

—¿Qué haces, Emily?

—Tengo mucha hambre, ¿Me das de comer? — rio insidiosa.

Parte Tres: Emily [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora