Capitulo 7

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"Observo el lindo vestido amarillo, estilo a la francesa que consistía en tres partes: la bata, abierta en su parte delantera y que acababa en cola, la falda y una pieza superior de forma triangular que cubría el torso. Con la alegría se daba vueltas frente al espejo mientras que su madre se acercó para hacerle un hermoso recogido de cabello para aquella fiesta en la noche.

—¿No crees que la marquesa se enoje con nosotras por tomar este vestido? —susurro mientras jugaba nerviosamente con sus manos.

Mi madre suspiro cansada y se sentó en la cama que ambas compartían masajeando sus piernas mientras le dedicaba una sonrisa.

—Ese vestido es tuyo, junte todo mis ahorros para especialmente mandarlo a hacer para ti. Hable con la sastrera de él conde y aceptó gentilmente hacerlo en secreto —comenzó a masajear su cadera.

—¿En verdad hiciste eso? ¡Gracias padre! —corrió a brazos suyos abrazándola.

Aquel día,su padre le había dejado estar en aquella fiesta como una invitada. El vestido era hermoso, un vestido que tanto había deseado.

—Vamos, ve a la fiesta y diviértete —su madre beso su mejilla para dejarle ir al salón principal.

Con un asentimiento corrió orgullosamente, su vestido era lindo, era bellísimo, se sentía una princesa.

La marquesa y su hija la observaron, ella sonrió intentando acercarse a ellas. Charlotte no tardó en acercase a ella.

—Charlotte, te ve...

—¡ESE VESTIDO ES MÍO! ¡QUÍTATELO LO VAS A INFECTAR! —comenzó a jalar el vestido con brusquedad.

—Charlotte, ese vestido no es tuyo —llegó la marquesa tomándola de los hombros. La menor comenzaba a sollozar que ese vestido le pertenecía y sobre qué era una ladrona. Pocos segundos después la mayor la observó. —Quítate ese vestido, ahora. Una simple sirviente no puede traer esos vestidos costosos.

—¡Mi mamá lo compro para mi! —exclamó con la voz quebrada. —¡es mío!

La gente observaba tal escena,muchos murmuraban y otros simplemente ignoraban. La marquesa cansada de tal escena de acercó y tomó los hombros de Akira.

—¡Dije que te lo quites! —comenzó a deshilachar el vestido dejando en desnudó a la menor.

Tras sentir miradas de todos corrió dentro de la cocina e comenzar a llorar. Poco después sacó su cabeza a la puerta observando que su Madre le reclamaba a la marquesa.

—Las odio. Las odio tanto —susurro con lágrimas en sus ojos."

Las estrellas se asomaban, se veían relucientes por la noche, un pájaro pasó cercas e inmediatamente una bala dio perfectamente en su estómago.

—No me arrepiento de haber acabado con la vida de ambas —susurre recostada en el pasto. Pocos minutos de ver el cielo soltó una carcajada. —¿Quien humilló a quien? La sirvienta humilló a la familia Gosh terminando con su vida —cubrió su boca soltando otra carcajada.

Suspiro sonriendo para poco después incorporarse y quedarse en esa posición unos segundos; dio una vuelta de 180° apuntando la pistola en alguien. Entrecerró los ojos sin dejar de apuntar a aquella persona.

—¿Quien eres tú? —posicionó su mano en su cadera. Un tipo alto de cabello rojizo. Con llamativos ojos verdes y con flexión delgada.

—Debería preguntar yo eso —no dejo de apuntar a aquel tipo, realmente no era alguien que podía verse que esa de confiar.

—¿No estuvieron de acuerdo con una sola fuente de sangre en este lugar? Esos tipos son un fastidio —murmuro rascando su cabello. —Pero puedes servirnos.

Este camino a ella e inmediatamente disparó varias veces impactando en el hombro de aquel chico, este solamente sonrió y buscó con la mirada a la menor.

—Tus balas no me hacen daño si no son especialmente de plata. —sacudió su pantalón observando de reojo.

Permanecí escondida detrás de un arbusto, ¿así que era verdad, he? De sus botines sacó dos balas de plata y ala posicionó en su pistola. Los arbustos se abrieron dejando ver los ojos verdes de aquel tipo, inmediatamente disparó pero de un abrir y cerrar de ojos, él estaba tomando de la cintura mientras cubría su boca.

—Como dije al principio, me servirás —susurro en su cuello.

Abrió sus ojos impresionada, le dolía su cuello, nuevamente hizo un movimiento de defensa pasando sus piernas por el orificio de las piernas de aquel chico, al notar que este tenía fuerza no tuvo de otra que disparar en una de las piernas de él para hacer que esté la soltara y se quejara. Bastaron segundos para que él desapareciera.

Asesina; Ruki MukamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora