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Kevin frenó de golpe, marcando las ruedas de su camioneta en el pavimento.

Apenas el vehículo se detuvo, colocó rápidamente el freno de mano y abrió la puerta, para correr hacia el frente de la camioneta, donde un tembloroso Erick se abrazaba a sí mismo, aún a mitad de la calle.

El mayor lo abrazó con fuerza, apretándolo contra sí, acomodando la cabeza del chico entre su hombro y cuello para dejarlo llorar.

Sentía su corazón latiendo a mil, asustado por lo que podría pasar.

Pensó en decirle todas las cosas que le pasaron por la mente, en todos los castigos y palabras bruscas que podría dedicarle por cruzar la calle de esa manera, añadiendo todo lo que podría haber pasado después si lo atropellaban.

Pero sabía que ese tipo de cosas no era correcto decirlas, y menos teniendo a Erick tan sensible, sólo empeoraría.

— Vamos, Erick, te llevo a casa— habló con tranquilidad, a pesar de que su corazón latía desenfrenado.

Sintió el chico negar, y como se apartaba un poco, terminando en soltar el abrazo, Kevin bajó la vista hacia los antebrazos que Erick le mostraba, con la piel enrojecida por los rasguños, y dónde estos habían insistido más, habían cortado la piel y  sangraban.

— Oh, Erick, tranquilo— lo calmó con una sonrisa, acariciando su cabeza con cariño—. Vamos, subamos al auto que te curo.

Kevin guio a Erick hasta la camioneta, y sentado en el asiento del copiloto, tomando el botiquín del auto, limpió primero con agua, luego dejó algodones con agua oxigenada, dio unas vueltas con vendas antes de asegurar todo con cinta hipo alergénica, todo sin dejar de hablarle, de forma tranquila, con una sonrisa, cosa que logró reconfortar a Erick un poco.

Una vez listo el vendaje, Kevin subió al auto, ofreció su celular a Erick, preguntando si recordaba el número de su madre, el cual el mudo marcó sin ningún problema.

El mayor habló con tranquilidad y una sonrisa, a pesar de que Erick pudo escuchar el tono histérico de su madre desde donde estaba, al finalizar la llamada, Kevin dejó el teléfono en la guantera, quitando el freno de mano, le habló de nuevo.

— Te llevaré a casa, tu madre me dijo que tenías una visita.

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Mute ~ Chriserick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora