Las antorchas brillaban bajo la tarde nublada allí afuera y todo el pueblo, sin excepción de nadie, estaba esperando a ver a la mujer que había dejado los Hábitos por pecar y al sacerdote que había traicionado a la iglesia y según el perfecto plan de venganza de Meredith, había intentado abusar de la hija del granjero mas rico, ella. Era una falta gravisima que ellos no podían perdonar y estaban dispuestos a recuperar el ''honor'' de su pueblo y de castigar la mentira de la pelirrubia, quemando vivos a los ''malhechores'' que allí, dentro de aquella gran casa de madera blanca y vieja, se escondían.
-¡Sin vergüenzas! -Gritaba la madre de la mentirosa ojiazul que horas antes había tratado de chantajear al señor Biersack -¡Sal de allí desgraciado de mierda! ¿No quieres dar la cara por lo que has tratado de hacer a mi hija?
-¡Abusador! -Gritó el coro de chismosas mujeres de edad con sus escobas y usleros en mano. Ahora el guapo señor Biersack no les parecía más que un mentiroso que había engañado al pueblo, y ellas mismas se habían encargado de repartir la noticia a todo el pueblo, totalmente cínicas.
-¡Hijos de perra! -Gritaban a coro muchas más personas y hasta el señor Luker, quien nunca se metía en líos como estos, estaba allí. Muchas personas de todas las edades, con palos, escobas, antorchas, y molestia. Estaban esperando a que se dieran por vencidos, y aunque ello ocurriera o no, el fuego ya había comenzado a atacar la parte lateral de la gran casa -¡Les quemaremos vivos si no salen ahora mismo, mentirosos!
Y las primeras lagrimas comenzaron a salir nuevamente apresuradas de aquellos orbes verdes empapados en miedo y desesperación detrás de la cortina. ¿Que harían ahora?
__________ tomó la ropa del señor Biersack, que estaba esparcida por el suelo y corrió nuevamente hacia su lecho, dispuesta a entregarle sus ropas y decirle que se marchase. Que se marchase antes de que les mataran, que se salvase. Pero ella no contaba con que su queridisimo ojiazul pensaba en lo mismo, solo que estaba dispuesto a realizar el plan que en pocos segundos su mente había ideado.
-¡Andy! -Exclamó la castaña con desesperación y se aferró al pecho desnudo de su hombre. El señor Biersack estaba completamente alarmado y confundido. Confundido del porqué le gritaban abusador. -Andy toma, vístete, vete antes de que..
-No -Y él la separó de si, inmediatamente. Se acercó a su rostro rápidamente y secó las lagrimas que caían como lluvia de invierno desde sus ojos. La besó, un casto beso que solo podía decir cuanto la amaba y alentaba ahora. Ella lo comprendió al segundo y movió su cabeza de lado a lado cuando se separó de él de un jalón. ¡El quería quedarse y dejar que ella se salvase!
-No, no, no... Andy vete...
-______ escúchame. -Pidió el pelinegro, alarmado y confiando en su amada castaña. -Corre y toma tu camioneta, sálvate ahora, ¿Esta bien? No hay nadie en el patio trasero, lo eh revisado -Los fuertes sollozos de _________ interrumpían cada palabra dicha y sabía que no podría hacerle cambiar de parecer -Tranquila, todo saldrá bien, tengo un plan.
-¿Un plan? -Ella levantó el rostro sonrojado y mojado y el señor Biersack no pudo contenerse. Suspiró y la atrajo hacia él, estrechándola a su cálido torso aún desnudo y besando su cabello, luego su frente y bajó por sus parpados y sus mejillas, un desliz tierno y jodidamente sensual de igual manera, sin embargo, para ella fue el acto más tierno que había recibido del señor Biersack nunca. -Por favor Andy...
-Solo prométeme que te irás de aquí, lejos. No salgas del coche en ningún momento y no mires atrás, hazlo por mi, _________, por nosotros. -Sus palabras eran suaves, sin embargo para _______ parecían ser dagas directo al corazón.
¡Ella no podía hacer semejante acto dejando a su hombre a manos de un pueblo pidiendo muerte! De ninguna manera.
-Estas diciendo que no mires atrás... ¿No huiríamos juntos?, ¡Te perderé Andy, esto no era lo que habíamos imaginado! -Sollozó la castaña nuevamente y cuando se vieron a ellos mismos comenzando a ser rodeados por el fuego desde la cocina, la desesperación creció para _________. -¡Vamonos...!