________ le miraba directamente a los ojos mientras el señor Biersack acariciaba con su dedos sus mejillas.
Dibujaba el contorno de su mandíbula ahora, como si sus dedos fuesen el pincel y _____ la obra maestra. Uno sobre el otro, desnudos. Sintiéndose como ambos habían imaginado días atrás. Tumbados en la misma cama con caricias y besos amorosos después del sexo.
Aunque no todo podía ser color rosa en ese momento. Debían hablar de sus pasados. De el doloroso pasado del señor Biersack y del cargo obligado de ________. Entonces ella decidió tirar la primera piedra y estaba tratando de terminar con todo eso rápidamente.
Quizá les quedaría tiempo para repetir el delicioso momento de aquellos minutos antes.
-¿Que es lo que debo saber? -Inquirió luego de un momento. El señor Biersack la observaba con aquella expresión dulce y a la vez preocupada.
Había llegado la hora de contar su más grande secreto. El cual hacía que aquellas vecinas chismosas del pueblo se preguntaran porqué un hombre tan guapo como el había decidido ser un sacerdote y el mismo que le atormentaba en recuerdos cada vez que venía a su mente.
El pelinegro lanzo un suspiro pesado y se apresuró a besar a la mujer que tenía bajo sus brazos. Ella percibió que había algo más en ese beso. Algo más que una nueva chispa de deseo naciendo y algo más que afecto. Dolor, ese beso desesperado era el intento de calmar el dolor que el señor Biersack estaba comenzando a sentir en el pecho.
-Antes respondeme algo -Murmuró en sus labios luego de separarse de ella -Dijiste que eh sido el primer hombre con el que haz hecho el amor -_______ asintió al tiempo que se sonrojaba por la afirmación de él -¿Eh sido yo el primero en tener sexo contigo también? -Si ella respondía que si a esa pregunta, estaría respondiendo a todas las preguntas del señor Biersack y abriendo nuevas dudas.
_______ abrió los ojos de par en par bajo la mirada atenta del señor Biersack y luego de reaccionar a que él estaba preguntándole si el se había llevado su primera vez, respondió un pesado ''No''.
-No haz sido el primero -Y en ese momento se sintió una zorra nuevamente, recordando las palabras de su padre aquella noche en que su castigo en la iglesia comenzaba. Una lagrima fina cayó desde sus ojos verdes y el señor Biersack supo que el pasado de ella era doloroso de igual forma. Pasó su pulgar suavemente en su mejilla secando el rastro de dolor que había dejado aquella lagrima y esperó a que continuara -Pero quiero que tu hables primero, no puedo esperar más, necesito armarme de valor antes de decirte esto -Susurró seguida de un sollozo y el señor Biersack cerró los ojos asimilando sus palabras.
Aquí venía, no había vuelta atrás.
-Te quiero _____, lo sabes -Murmuró y la castaña asintió frunciendo el ceño ante eso -Solo quiero asegurarme de que lo sepas y no pienses alguna tontería después -______ sonrió ante aquellas palabras y el señor Biersack le regaló una sonrisita torcida y dulce. Luego su semblante cambió y todo volvía a tomar el mismo peso de antes. El señor Biersack suspiró y cerró los ojos. Entre todas aquellas palabras atoradas en su garganta logró decir aquel nombre que le pesaba en lo más profundo -Scout... -Murmuró abriendo los ojos para ver la expresión de ________. Ella esperaba expectante -Se llamaba Scout. -Y observó como el rostro de su hombre se contraía. Lo atrajo hacia su cuello y el escondió su rostro allí, hablando en su oído ahora. -Yo tenía quince años, estaba enamorado. Mi padre era un maldito idolatra de Dios y fanático de la religión que llevábamos en la familia -Entonces ______ cerró los ojos comprendiendo que aquellas palabras que salían casi en un susurro de la boca de el señor Biersack, le dolían en lo más profundo. Y cuando un sollozo ahogado escapó de parte del ojiazul sus lagrimas comenzaron a caer poco a poco -Él quería ser un sacerdote, soñaba con serlo, pero su madre le obligó a casarse y tener hijos, así nací yo y dos de mis hermanas. Entonces cuando comencé a crecer y a interesarme en la música, en la libertad y en la hija menor de su mejor amigo del trabajo, Billy Compton, las cosas cambiaron. Sabía que él no quería que tuviera novia, entonces comencé a verla a escondidas. Ella me amaba, yo... -Y otro sollozo se escapó de sus labios, acompañando de las lagrimas silenciosas de ________.