Bajó la cremallera de su faldita remilgada y cuando la dejó sobre la cama se llevó consigo aquella prenda. Ahora tenía a la mujer de su vida con uno de esos jodidos atuendos que tanto le volvían loco y solo con una camiseta pequeña cubriendo su brazier. Se relamió y le regaló una intensa mirada de deseo y excitación.
Su miembro estaba presionando poco a poco bajo sus pantalones y deseaba sentirse dentro de ella. Deseaba sentir su cuerpo desnudo junto al suyo. Piel con piel.
-Tengo una sorpresa para ti -Murmuró ________ con una sonrisita traviesa y coqueta en el rostro. El señor Biersack le dio una mirada divertida y picara a la vez, esbozando una lenta sonrisa torcida al ver a _________ morder su labio inferior.
-Estoy ansioso por verla, nena -Murmuró él, subiendo a horcajadas sobre la cama y dejando sus botas tiradas en el suelo.
-Se que te encantará -Susurró la castaña tendiéndose en la cama bajo sus brazos.
El señor Biersack le echó una mirada lujuriosa a todo su cuerpo y se detuvo sobre sus pechos. Observó como la parte inferior de sus pezones se marcaban bajo la camiseta negra y un millón de fantasías imaginó en su mente.
¿Habría dejado sus pechos al natural? o quizá ¿Llevaría uno de esos brasieres que solo cubren la mitad del pezón?
Esa ultima suposición le hizo soltar un gruñido de gusto y de solo imaginar eso, se sentía completamente erecto. Así lo estaba, completamente duro. Erecto por ___________.
Se apresuró a besarla y adentró su lengua en su boca. Una lucha malditamente deliciosa se inició y en cuanto sus manos comenzaron a acariciar las piernas de ________, ella soltó un jadeo. Le encantaba sentir esas grandes y ásperas manos sobre su anatomía. Le encantaba sentir sus besos y su lengua áspera y dulce. Él señor Biersack la hacía sentir Afrodita, aunque merecía el nombre de Eva.
-Sabes ________... -Susurró el señor Biersack entre cada beso depositado en el cuello de su castaña. Ella jadeo. -Después de irme la noche anterior, eh soñado algo.
______ acariciaba su espalda con suavidad y luego llevó sus manos con lentitud hacia sus pantalones. Quería liberar su erección y acariciarla con los dedos, los labios y sentirla allí abajo.
-¿Algo bueno o malo? -Murmuró mordiendo su labio y desabrochando por fin aquel botón malditamente rebelde de esos pantalones de tela negra y mojada.
El señor Biersack bajó dejando pequeñas lamidas desde su cuello hacia el borde del escote de aquella camiseta y mordió la tela suave y perfumada tirando levemente de ella. Oh, si. Vaya que era algo bueno.
-Eramos tu y yo -Susurró dándole una rápida mirada cargada en deseo a esos ojos verdes brillantes. -Huíamos.
________ creyó que su corazón escaparía de su pecho y se removió en la cama para dejar que el señor Biersack quitara su camiseta. ¡Oh jodido infierno! cuando vio aquel brazier de encaje con un pequeño moño de color rojo en el centro quiso hacer de _________ un bocadillo y comerlo. Quiso arrancar ese brazier jodidamente provocador y mordisquear cada pezón levemente asomado en la tela, como si no hubiese un mañana. Los observó por un momento y una lenta sonrisa torcida y hambrienta se dibujó en su rostro. Esos pezones rosados levemente descubiertos parecían incitarle a perderse en ellos.
-¿Y que ocurría? -Inquirió _______, agitada y deseosa. El señor Biersack llevó sus labios hacia el borde de aquella suave tela y besó la linea que construía las copas de aquella elegante y provocadora prenda, con suma lentitud y sensualidad. Malditamente seductor.
Echó un gruñido y bajó levemente la copa derecha para lamer y dar un beso pequeño a aquel pezón ya erecto y delicioso para el. Luego dejó llevar sus labios hacia la copa izquierda y repitió el encantador proceso otra vez. Haciendo gemir a la castaña bajo sus manos y sus labios. Haciéndola sentir su cariño y deseo.