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-Muy bien... muy bien... -Murmuró con malicia al verla entrar en la habitación nuevamente. Con esas prendas y esa expresión de frustración estaba aún más sexy.

-Yo no le eh tratado como si fuera un perro faldero ayer, así que no me trate así -Exigió cruzándose de brazos enfrente de él.

De cierto modo, quería hacerle enojar y ver que tan malo era el ''santo'' señor Biersack que tenía en frente.

-Tranquila, te gustará -Una sonrisa traviesa salió de sus labios y ______ mordió su labio sintiendo como su vientre respondía a esas palabras.

Le entregó la cuerda y vio la silla de fondo que tenía en la habitación, puesta cuidadosamente enfrente de la cama, justo delante del señor Biersack. _________ sonrió.

El era un maldito pervertido en cubierto y a ella le encantaba así.

Caminó hasta la silla y se dejó caer en ella de la forma más provocativa que pudo. No bastaba hacer mucho esfuerzo, de la manera en que fuese, ella y el señor Biersack sabían que era una mujer menuda pero sexy y sumamente caliente.

Cruzó las piernas con elegancia y esperó a ver que hacía su dominante compañero ahora, sin embargo se desconcertó al oír las palabras salir de su boca. No era lo que ella esperaba, no era ni siquiera lo que ella imaginaba.

-Cambié de opinión con respecto a sentarte, ponte de pie un paso delante -Espetó el con una sonrisa secreta asomándole a los labios. En realidad no había cambiado de opinión, solo quería acumular un motivo más para alargar la noche y su deleite. _________ frunció el ceño con confusión y estaba comenzando a molestarse con todo ese juego, aunque mil veces le ponía, sin duda -Me encanta verte en cada atuendo de estos -Apuntó a su ligero y al brazier de que llevaba -No se de donde los sacas y no me importa una mierda, de cualquier manera -Lejos de sentirse ofendida, _______ sonrió como un espejo al señor Biersack fascinado.

El señor Biersack caminó hacia ella cauteloso, examinándola, deleitándose con la imagen a su antojo, relamiéndose y pensando en las miles de formas en que ella rogaría esta noche. Excitado, su miembro palpitaba bajo sus pantalones y el estaba consiente de que no quedaba mucho mas tiempo para que su control desapareciera, por ello debía ser rápido con empezar.

Caminó al rededor de el cuerpo en llamas que _______ tenía, en medio de aquella habitación, observando cada detalle a su paso. Ella sentía que era una obra maestra en ese mismo momento y sabía cuando efecto hacía su cuerpo en el cuerpo de aquel profano sacerdote. Aunque la duda del porqué el señor Biersack aún no se quitaba la ropa, le carcomía los pensamientos, la ponía ansiosa y aún más intrigada. Explotaría si el se tardaba tan solo unos muchos minutos en darle el placer que estaba ansiando.

Él la había dejado a medias. Necesitada, excitada, deseosa, pecadora.

-Eres realmente hermosa -Se escapó en un sensual susurró de aquella voz ronca, su boca había hablado por si sola. Ella se desconcertó y se encontró a ella misma pensando en que le gustaría acariciar a ese hombre en su lecho, después de tener sexo, solo acariciarlo como una amante apasionada haría a su enamorado infiel.

¿Acaso sentía algo mas que deseo por aquel sucio sacerdote?

Esa misma idea estaba rondando en la cabeza de aquel ojiazul que fantaseaba observándola. Pero lo ignoraría completamente, no podía desconcentrarse ahora, ya tendría tiempo de pensar en tonterías de ese calibre, aunque realmente no era una tontería.

-Por favor.... Me ha dejado a medias y le necesito... -Justo en ese mismo momento el atrapó sus labios en los de ella quitandole cada palabra de la boca. La atrajo hacia si mismo con tanta pasión y necesidad como nunca había deseado algo en su vida e inició aquel provocador juego de lenguas con su compañera, haciéndola olvidar cada pensamiento mas allá del coito y el castigo. Sus labios.

~ Holy Sin †~(Andy Biersack y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora