Capitulo VI

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Bueno Dimitri, creo que sera mejor que te dejemos tranquilo para que te instales- le dijo Pavel-.

No hay mucho más que enseñarte aparte de la casita que esta junto al río. Si necesitas algo Rose te ayudará. Lleva viviendo aquí....¿Cuánto? ¿Cuatro años? ella se encargó de casi toda la decoración. Seguro que reconoces que lo hizo con muy buen gusto.

-La casa es maravillosa.

-Oh, casi me olvidaba. Las fotos del bebé -Pavel se saco de bolsillo un sobre y se lo dio a Rose- Es muy guapo, ¿Verdad? Lorraine dice que se parece mucho a mi.

Rose miro la cara redondeada del bebé y la cabeza calva y al mirar a su tío tuvo que admitir que existe un parecido considerable.

-Es una belleza- dijo Rose sorprendida por el instinto maternal que de pronto la invadió.

-Espero que algún dia te cases y tengas unos cuantos niños- le dijo su tío.

-Dudo que tenga hijos. por un lado, creo que los niños deberían crecer con dos padres que estén entregados el uno al otro, y ya que nunca me casaré, creo que voy a tener que conformarme con ser madrina- le dio un abrazo a Lily y la niña la apretó con tanta fuerza que pensó que iba a romperle las costillas.

No era que no le gustaban los niños adoraba a Lily y pasaba mucho tiempo con ella, pero la música y su carrera le exigían mucho tiempo y siempre habia pensado que seria egoísta tener un hijo cuando pasaba cinco o seis horas al dia tocando.

-Bueno tienes mucho tiempo para encontrar marido y cambiar de opinión.- le aseguró Pavel con dulzura, como si fuera necesario animarla y asegurarle que no acabaría siendo una solterona sin hijos.

Pero ella no cambiaría de opinión.

Aunque.... si estaba segura de que no quería casarse, entonces ¿qué quería?

Eso fue lo que estuvo preguntándose esa misma tarde, Hasta el momento la música habia dominado su vida y no habia pensado mucho ni en hombres ni en relaciones, pero todo eso habia cambiado después de conocer a Dimitri Belikov en París, y de que él hubiera pasado a ocupar sus sueños y pensamientos; se mordió el labio e intento ignorar la fantasía erótica de sus cuerpos desnudos entrelazados.

De pronto en su tranquila vida reinaba la confusión y ya no sabia que quería. No podía quedarse en la Mansión teniendo a Dimitri como vecino, pero no tenia otra opción hasta que encontrara apartamento. Sólo había un modo de enfrentarse a todo lo que estaba pasando por su cabeza y esa solución consistía en perderse en la música. Su violin era su fiel amigo y siempre le daba paz y tranquilidad.

Durante la siguiente hora no habría peligro de molestar al nuevo inquilino ya que poco después de que Pavel y Lily se fueran, Dimitri le habia dicho que se iba a ir almorzar y ella habia rechazado la invitación de acompañarlo diciéndole que tenía que hacer tareas domesticas. Pasaría la siguiente hora ensayando la pieza de Debussy que esperaba incluir en su siguiente álbum y después ya no podría posponer más la visita al supermercado para llenar su nevera.

-¿Te das cuenta de que has estado tocando a la perfección y sin descansar por tres horas> -Dijo la profunda voz de Dimitri desde la puerta de cristal que Rose habia dejado abiertas- o tal vez más, añadió.

Dimitri habia regresado de almorzar, y en lugar de leer un importante informe financiero, tal y como tenia planeado decidió escuchar a Rose toda la tarde.

-Es hora de salir y cenar algo.

-¿Cenar? ¿Que hora es?

-Casi las siete.

-¡Maldita sea! -Rose volvio a la realidad de golpe, el supermercado cerraba a las cuatro los Domingos, su nevera parecía un desierto y su estomago estaba recordandole a base de rugidos que no habia comido en todo el día. Pero entonces un delicioso olor entro flotando desde la terraza.

Peligrosa Sinfonía (Complete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora