Capítulo IX

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El publico se puso de pie. Rose les agradeció los aplausos una vez más y salio del escenario rodeada por las ovaciones.

-Has estado absolutamente maravillosa le dijo Christian- Sabia que se te pasarían los nervios en cuanto tocaras la primera nota, dijo fingiendo no darse cuenta de lo que en realidad pasó.

Rose asintió. Se sentía agotada, tanto física como emocionalmente, y deseaba estar sola en su camerino un momento, pero sabia que Christian había concertado varias entrevistas con periodistas en la fiesta que seguía al concierto.

Paso la siguiente hora hablando y sonriendo hasta que le dolió la mandíbula, todo el mundo quería conocerla, pero ella quería encontrar a Dimitri y mirara por donde mirara no logro encontrarlo.

Tal vez habia regresado a Londrés después del concierto. Sabia que estaba negociando un importante acuerdo en la capital y el hecho de tener un jet privado lo ayudaba a desplazarse a donde quisiera.

Aprovecho un instante para escaparse a un rincón de la sala y se froto la frente, consciente del familiar dolor que le advirtió la migraña.

-¿Has traído tus analgésicos?- Le pregunto Dimitri y ella se quedo tan sorprendida de verlo que no pudo evitar que la emoción se reflejara en sus ojos.

Estaban de nuevo en París, donde se habían conocido, y recordó lo que habia sentido al verlo por primera vez. Había intuido que seria peligroso y habia intentado luchar contra la química sexual que habia entre ellos, pero lo cierto era que Dimitri Aleksandr Belikov la fascinaba de un modo que ningún otro hombre habia logrado nunca.

Él habia dicho que su aventura duraría hasta que uno de los dos quisiera ponerle fin, pero al mirarlo a los ojos pensó que en un futuro no muy lejano podría no estar más cerca de él y le invadió un intenso dolor.

"No puedo estar enamorándome" se dijo a si misma con desesperación.

Dimitri reconoció una de las emociones que se reflejaron en los ojos de Rose y se pregunto si seria justo seguir adelante con sus planes. No quería hacerle daño, pero le habia dejado claro desde un principio que no tenia intenciones de tener una relación seria.

Habia sido sincero al decirle que la habia echado de menos durante los cinco días que habían estado separados, pero sabia por experiencia que una relación que se prolongaba en el tiempo terminaba aburriéndolo.

La mejor forma de sacársela de la cabeza era pasar con ella todo el tiempo posible hasta que se cansara.

-Tengo las medicinas en el camerino.¿ Crees que alguien se dará cuenta si desaparezco un rato de la fiesta?

-Ya le he dicho a Christian que nos vamos- la rodeó por la cintura y la llevó hacia la puerta.- imaginaba que ya te habías cansado de la fiesta.

-¡Si! estoy de nuevo en el Intercontinental. ¿Te has alojado en algún hotel? le preguntó cuando llegaron al camerino.

Rápidamente, Rose se tomo un par de analgésicos para evitar que el dolor de cabeza se convirtiera en migraña.

-No, vuelvo esta misma noche...... y tu vienes conmigo. -

A Rose le dio un brinco el corazon ante la idea de volver a Kingfisher con él cuando pensaba pasar una noche más en el hotel, sola.

-Imagino que no te parece mal, susurro él al abrazarla.

-En absoluto. Estoy deseando ir a casa. Pero tendré que pasar por el hotel a recoger mis cosas.

-Eso ya lo hará alguno de mis empleados- La beso con intensidad y cuando la soltó, ella agarro su bolso y salio al pasillo para recoger su violin en el mostrador de seguridad después de convencer a Dimitri que no quería que nadie lo llevara de vuelta a Londrés por ella.

Peligrosa Sinfonía (Complete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora