𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗔𝗟 𝗟𝗘𝗧𝗧𝗘𝗥𝗦 | 𝗖𝗘𝗩𝗔𝗡𝗦.

MEETING THE FAMILY

Eran las tres con cinco cuando Chris y Stasie bajaron al salón principal donde sería la fiesta.

—Déjame acomodarte... —ajusto la corbata de Chris.

— ¿Ana? —la pelinegra volteó encontrándose con una adorable ancianita.

— ¡Abuelita Eva! —le dio un abrazo —. Mira que joven luces.

—Mi nieta consentida —beso su mejilla —. Dime, calabacita, ¿quién es ese apuesto hombre que viene contigo?

—Abuelita, el es Chris, mi novio —lo tomo del brazo.

— ¡El capitán América! —Chris le dedico una sonrisa nerviosa —. Ven acá, ya eres mi nieto.

Stasie aguantó las ganas de reír al ver la cara de Chris cuando la adulta lo abrazó.

—Entren, tu mamá está desesperada por verte —Stasie dejo un beso en la mejilla de su abuela antes de entrar.

—Ana, querida —la chica miro al hombre frente a ella.

—Tío Jaime —le dio un corto abrazo—. Tía Carolina.

—Teníamos tres años sin verte, es bueno que estes aquí —Chris observó a la mujer —. Tu debes ser su novio.

—Chris Evans, un gusto —estrechó su mano con la del matrimonio.

— ¿Cómo le hiciste, Ana? Digo, tu no eres tan bonita —hizo una mueca.

Chris se sorprendió al oír a la mujer decir eso, sin duda, la familia de Stasie era muy diferente a como el la pensaba.

—Iremos a ver a mi mamá —sonrió tensa —. Con permiso.

Jalo a Chris entrando al salón.

— ¡Ana! —los delgados brazos de Jasmine se enredaron en el cuello de Anastasia.

—Jas —beso su mejilla —. Que hermosa estás, ¡te extrañaba!

Una tercer persona las abrazó.

— ¡Hermanita! —Aurora chilló asustandolas.

—La novia más bonita —rieron.

Al separarse, Jasmine fue a Chris.

—Estoy tan contenta de que por fin tu y mi hermana dijeran la verdad —la menor abrazo a su cuñado —. Siempre los shippee.

—Gracias... —sonrió —. ¿Cuándo van a confirmar lo suyo, tu y Sebastian?

La pelinegra negó—. Nunca.

Ambos rieron.

—Así que tu eres el nuevo —Aurora lo miro de pies a cabeza —. Que guapo estás, ahora entiendo por que te gusta tanto.

Anastasia rió nerviosa.

— ¿Qué le viste a Ana? —pregunto mirándolo—. Digo, la más guapa no es, seguro tenías candidatas más... agraciadas —sonrió inocentemente.