CAPÍTULO 1 - Toda la verdad

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        - Ethan, luego de lo ocurrido no has vuelto a entrar en el tema. Necesito saber todo lo que pasó, ¿por qué evitas explicarlo?

        Ethan me había llevado al mismo bosque donde estaba en nuestra primera cita. Todavía seguía igual, todo era alumbrado por la luz de la luna.

        - Gwen, ¿no crees que es mejor olvidarlo?

        - No des vueltas. 

        - Bien, ¿quieres saber lo que ocurrió? ¿Recuerdas el día aquel que te dejé en casa luego de la cita?

        - Como si fuera hace tres meses. - En realidad había sido hace tres meses atrás, las cosas no habían cambiado mucho, pero me sentía diferente, calmada, pero necesitaba saber qué cosas pasaban mientras yo no estaba con Ethan.

        - Algo se te había quedado en mi coche, volví minutos después y tocaba la puerta principal, no escuchabas. Me había preocupado. Fui hacia la puerta trasera y escuché un pequeño grito, la rompí de una patada y escuché un disparo.

        - Pierre había disparado a la mesa de vidrio, lo recuerdo. - Agregué.

        - Entonces apuntó hacia ti y me lancé, el disparo llegó a mí.

        - No entiendo todo esto Ethan, ¿cómo estás vivo entonces? ¿Por qué te tomaste esta molestia?

        Ethan se desprendió de su abrigo azul y me mostró su pecho. En su hombro derecho había una cicatriz, era el disparo. Examiné su herida cerrada por unos segundos con mis dedos. No sé lo que me ocurría, pero mis ojos se comenzaban a enrojecer.

        - Ethan... ¿Por qué? 

        - Me da más miedo perderte, de nada vale...

        Le besé, la emoción de tener a alguien protegiendo de mí me hizo sentir segura. Nuestros labios se unieron, al igual que nuestros cuerpos. Sentía su sudor, lo raro es que en aquel lugar hacía un frío profundo, pero sentía calor.

        - Te amo Gwen Smith. - Dijo Ethan entre besos y algunas otras cosas más.

Regresé a casa, pero... ¡oh por Dios! ¡Ya había amanecido! Había pasado la noche con Ethan y sin más ya era de día. Para mejorar la situación mamá esperaba de mí en la puerta.

        - ¿Se podría saber dónde has pasado la noche? - Permaneció en aquella pose "en jarras" que hacían los padres cuando sus hijos están en problemas.

        - He... He pasado la noche en casa de Bridget.

        - Interesante. La próxima vez puedes devolverle la chaqueta a Ethan. 

        Soy pésima en esto, ¿En serio tengo "la cara" para mentirle a mamá sobre mi paradero cuando tengo la chaqueta de Ethan sobre mí?

        - Pue... Puedo explicarte, yo...

        - Más tarde. date una ducha, descansa un poco y bajas. Necesito hablar algo serio contigo hija.

        Ahora era todo más aterrador: Mamá quería hablar de algo serio conmigo. ¿Había dicho que cuando dice "hija" es porque en realidad es serio?

        Subí a mi habitación y me desprendí de mi vestimenta, el agua estaba caliente. Recogí mi pelo y fui hacia mamá.

        - Esto, esto es serio Gwen.

        - ¿Puedes explotar la caja?

        - Nos mudaremos. - El silencio chocó con nuestras voces, "un minuto de silencio para cada vez que digan nos mudaremos".

        - ¿Qu´... Qué? ¿Mudarnos? Mamá...

        - He conseguido trabajo mientras viajaba con Pierre, ¿recuerdas todo ese tiempo? Pensé que me casaría con él, aunque no ocurrió. Ahora he decidido trabajar allá, es un lugar hermoso.

        - Mamá, he hecho una vida aquí, ¡no podemos irnos sin más!

        - No quiero dejarte sola, no después de todo lo que pasó.

        Mamá tenía razón, ¿cómo iba a cuidar de mí desde lejos? Incluso luego de todo aquel lío de hace meses. Ella sostenía un periódico donde llegué a leer "Alquiler de habitaciones". De inmediato tuve una idea.

        - ¡Tengo una idea! ¡Prestemos una habitación!

        - ¿Qué?

        - Sí. Muchos universitarios rentan habitaciones cerca del campus.

        - No estamos cerca de tu universidad Gwen. - Estaba en lo correcto, estábamos como a 19 kilómetros del campus. - Sé lo que tramas, no caeré. Ningún chico vendrá.

        - ¿Dices que al menos una chica puede venir? 

        - Estaré fuera por ocho meses.

        - ¿Ocho meses? Mamá, aún no me cuentas muchas cosas, ¿recuerdas?

        - Ni que sea mi funeral, Gwen. 

        Entré al tema que me inquietaba, mi doble.

        - ¿Crees que en realidad tú y Bridget hayan visto mi doble en realidad?

        - Olvida todo eso Gwen, ya todo volvió a la normalidad.

       

        Había acompañado a mamá al aeropuerto y regresé a casa a esperar a mi nueva compañera de hogar. Había llegado.

        - Disculpe... ¿residencia Smith?

        - Sí, bienvenida. Mi nombre es Gwen Smith. - Dije.

        - Sam Connors, un gusto.

        Sam me parecía una chica friki y emo al mismo tiempo. Aunque su cabellera era un arcoiris puro. La llevaba a su nuevo dormitorio mientras mi móvil comenzaba a sonar.

        - Disculpa un momento, ¿sí?

        - Gwen. - Era Bridget. - ¿Qué te cuentas? Ya que tu mamá se fue, ¿Noche de chicas? ¿El sábado?

        - Supongo que sí, así conocerás a mi nueva compañera, Sam. - Le sonreí mientras le hablaba a Bridget.

        - ¡Genial! ¿Es una chica normal?

        Sam comenzó a desempacar sus cosas y sacó de entre ellas un contenedor con algo raro. Lanzó un polvo púrpura por todo el cuarto. Yo horrorizada por la actual escena me vi obligada a dejar de hablarle a Brid.

        - Brid... get... ¿Puedo llamarte luego?

DoppelgängerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora