CAPÍTULO 6 - Sí o No

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        - Acompáñame, Gwen.

        Alana me llevó hasta un cubículo cerrado, había una mesa, un ordenador y dos sillas. Salió del espacio y me quedé esperando por unos minutos. 

        Estaba sola. No quería quedarme de pie, así que me senté en una de las sillas.

        - Veo que has tomado la iniciativa, Gwen. -  dijo un señor que entró haciendo que me asuste.

        - ¿Puede al menos explicarme de qué se trata esto?

        - Muy simple, el polígrafo me presentará unas ondas cada vez que mientas.

        - ¿Por qué tendría que mentir?

        - A veces, - se inclinó sobre la mesa. - Las personas a tu alrededor son tan mentirosas, que... Lo mejor es crear su propia verdad y morir en ella. 

        - Vale, iniciemos.


        Comenzó a poner cables sobre mi cabeza, en mi brazo habían unas pulseras de presión, y había un altavoz de los latidos de mi corazón, yo era la única en escucharlos.

        La tarjeta que vi en el bolsillo izquierdo del señor decía que se llamaba Bob.

        - Bien. Te haré preguntas y sólo responderás con Sí o No, ¿entendido?

        - Sí.

        - Perfecto. ¿Eres Gwen Smith?

        - Sí. - mi latido seguía normal.

        - ¿Sabes habilidades de pelea?

        - Sí.

        - Si tu mejor amiga, Bridget, es asesinada. - mi latido aumentó un poco más, aquella afirmación me ponía los pelos de punta, además de no poder contactar con ella. - ¿Lo tomarías bien?

        - Sí.

        - ¿Practicaste defensa personal durante un año?

        - Sí. - de inmediato recordé a Cory. Recordé que fui engañada por él, y ahora está muerto. Pero Ethan aún estaba a mi lado, a quien amaba.

        - ¿Qué crees de las relaciones amorosas? - preguntó.

        - ¿Las relaciones... amorosas? - tragué saliva. Mi latido aumentó tanto que me molestaba.

        - ¿Sabes algo, Gwen? - se levantó de la silla. Aquí en la CIA tenemos un protocolo, nada de amorsitos. Nuestra regla principal es no tener ningún tipo de relaciones con las personas.

        - Quizás no quiera ser de la CIA. - se apoyó sobre la mesa y tosió.

       - Déjame aclararte las cosas, Gwen. ¿No quieres ser de la CIA? Pues bien, puedes irte. - abrió la puerta.

        No me levanté, pensé que tramaba algo.

        - Puedes irte. - dijo.

        - ¿De veras?

        - Sí. Pero, antes de que te vayas, ¿podrías decirme a dónde irás? Porque en tu casa hay un doppelganger tratando de matarte, no tienes contacto con nadie, y los de la AIS van a por ti.

        Tenía razón. Todo esto de la CIA era mi destino, quisiera o no.

        - Bien, nos vamos entendiendo. - cerró la puerta.

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