I. María la Sandía

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No sé qué es peor: la rabia o la impotencia. Tal vez la rabia que viene de la impotencia.

¿Y en serio se sigue tragando el cuento de que somos solo amigos? Venga ya. Creo que lo sabe todo el mundo. Todo el mundo menos ella.

No voy a mentir, el principio me sentí mal por ella. Sabía que no debería meterme en medio de una relación... pero joder... Lucas me pone tanto que siempre que regresa algo de cordura a mi ser, se me olvida nada más verle.

Odio a María, María la Sandía, ni siquiera me acuerdo por qué le había puesto ese mote tan infantil... pero también odio a Lucas. En cierto modo él es el responsable de todo. Él es el que está con dos chicas a la vez. Puede que seamos incluso más, no lo sé.

Miro si tengo algún mensaje. Sí justo;

Lucas: Ahora estaré ocupado, pero después puedes venir a mi casa. Me gustaría verte a ti también.

Arrugo la frente mientras leo eso. Ocupado: quiere decir que ha quedado con su maravillosa novia; a ti también: quiere decir que también quiere verme a mí, claro, a aparte de su amada. Conclusión: soy la otra, la de después; el segundo plato.

Tiro el móvil lejos de mí. Por mi cabeza calculo qué es lo que pasaría si ahora mismo llamo a María la Sandía y le cuento todo; desde el principio. Me pregunto qué le parecerá saber que en realidad me quiere a mí, que yo soy la única, que le gusta solo conmigo y que algún día -no pronto porque aún no se siente preparado-, la dejará por mí.

Solo con pensar eso me siento ridícula. Y solo puedo pensar en lo gilipollas que es Lucas. Y en lo gilipollas que debo ser yo si me creo eso. En realidad no le creo, pero estoy tan metida en este lío que no veo salida. Además de que Lucas es la persona más posesiva, el hombre más controlador que he conocido jamás.

Pienso en Javier. Javier es el otro chico con el que... tengo más de un encuentro sexual ocasional. Debería estar con él. Debería salir de este lío y tener una vida normal.

Ya es tarde y espero con impaciencia el mensaje de Lucas para decirme que ya tiene la casa libre. Aunque mi plan desde el principio era decirle que no una vez que me diga que vaya; ahora no puedo aguantar ni un minuto más sin verle. A esto me refiero. Siempre me pasa lo mismo. No soy capaz de decirle que no.

Suena mi móvil y siento como me late el corazón con fuerza. Todas las veces lo mismo, como si sus estúpidos mensajes de texto fueran lo más importante de mi día.

Lucas: Puedes venir cuando quieras.

Quería que se enfadara, que se irritara, mando:

Idalia: Tengo que hacer unas cosas antes.

Es mentira, lo único que quiero hacer es molestarle. Que vea que tengo mas cosas que hacer a aparte de ser la otra.

Lucas: ¿Qué cosas?

Idalia: Mis cosas.

Lucas: ¿Con quién?

Lucas: Dímelo.

Lucas: Idalia, respóndeme ahora mismo.

Lucas: ¿Sabes qué? Mejor no vengas.

Lucas: Ya no tengo ganas de estar contigo.

I N T E N S O [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora