X. Despedido

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Estoy en mi oficina y me muero de sueño. Estoy trabajando en una página web de la empresa, quiero rediseñarla. Alguien llama a mi despacho y entra sin esperar a que conteste.

Es Zanin ( el tipo con el que follé hace un mes).

—Hola —saluda tímidamente.

—¿Ocurre algo? —pregunto.

Está nervioso. Se sienta delante de mi mesa. Se rasca la cabeza.

—No sé cómo decirte esto —dice.

No por favor. Que alguien me mate. Pensaba que lo habíamos dejado bien claro.

—Mira, no te saco de mi cabeza —dice.

Le observo. Tiene treinta y algo. Quizá este más cerca de los cuarenta que de los treinta, pero se conserva bien. Se nota que se cuida. Es musculoso, aunque no es muy alto y tiene una bonita sonrisa. No estuvo mal el polvo, la verdad se notaba que era alguien experimentando. A mí también me gustó divertirme con él, pero... fue algo del momento. Yo no repito. A no ser que seas Javier... entonces sí. Y Lucas, claro, ¿por qué cojones estaba tan enganchada con Lucas?

—Sé que ahora estás con el jefe, o eso creo, eso se dice, bueno yo no lo digo, me lo habrán dicho, no recuerdo quién—se ha puesto muy nervioso. Se me escapa una sonrisa—. ¿Puedo llevarte a la cena de empresa?

Suspiro.

—Ya tengo cita, los rumores son ciertos sí—, le confirmo.

—Joder —suelta y se vuelve a rascar la cabeza—. Pensaba que no porque esos rumores llevan meses y tú y yo...

Pongo los ojos blanco.

—Escucha, tú y yo nos divertimos un rato, pero ya está—. Ahora me he puesto seria. Quiero que me tome en serio.

Él asiente.

—Está bien—dice.

Se levanta y abre la puerta para irse, pero alguien más entra en ese momento. Es Lucas.

—Estoy ocupada, Lucas, solo dime si es algo urgente —digo para que Zenin también lo oiga.

Sale y cierra la puerta. Lucas se sienta. Ya estamos, aquí llega el momento que quería evitar. Me da una pereza enorme darle explicaciones.

—¿Hasta cuándo vas a jugar a este juego? —me dice—. Porque se supone que ahora sales con Javier ¿no? Estoy seguro de que eso no va a durar. En el momento en el que vea como eres realmente.

"Ya lo sabe" —pienso. No le contesto. Tengo la mirada puesta en mi teclado.

Me cierta el portátil en la cara y me agarra con un rápido movimiento del mentón. Le miro algo asustada. Hay ventanales en mi despacho. ¿Y si alguien lo ha visto?

Me suelta.

—Mejor —dice cuando mis ojos se encuentran con los suyos—. He ido a tu casa y no me abres la puerta. ¿Qué más quieres que haga? ¿Qué te lo suplique? Porque yo ya tengo a María, eres tú la que se ha quedado sin nadie. ¿No te das cuenta de que no tienes a nadie mas que a mí?

Este tío está mal de la cabeza.

—Me he mudado, Lucas —digo tranquilamente.

Se pone tenso. Un detalle que no controla. Debe de ser muy duro para él.

—¿Dónde? —pregunta exigente.

—Creo que te da igual —le digo.

Se está poniendo furioso.

I N T E N S O [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora