XII. Shhh...

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Han pasado unos días y todo parece haberse calmado. Javier me dedica tanto tiempo que me sorprende. Mucho más que antes. Igual antes me dedicaba el mismo tiempo, pero era yo la que le evitaba. ¿Porque estaba tan ciega? Podría haber tenido esta vida desde el principio.

Llego a la última planta y voy a entrar en el despecho de Javier sin siquiera saludar a Marta.

—Está ocupado —dice ella. La miro y levanto una ceja. Voy a entrar igualmente

Ella me mira con cara de asco.

—De paso le podrías dar esto —me tiende un periódico. Camino y lo cojo.

Sale él en portada con otra mujer. La chica es mayor que él y se ha inclinado encima suyo para susurrarle algo a la oreja.

El titular es: El romance de Javier Lain podría estar atravesando una crisis. El lado salgo yo con él en una foto privada de mi cuenta de Instagram. Y luego una foto mía bailando con alguien en una discoteca. Esa foto tendrá al menos 4 meses.

—Jódete, zorra —murmura Marta, pero lo suficiente alto para que lo oiga.

Pongo los ojos en blanco y entro sin llamar. No pienso discutir con ella. Mucho menos cuando ha conseguido lo que quería. Estoy celosa.

Javier está tecleando algo en el ordenador. Deja de hacerlo en el momento que ve que soy yo.

—Tu secretaria está intentando que tenga un ataque de celos.

Le hace gracia y sonríe.

—Sabes que con una llamada podría hacer que lo quitaran —me dice.

–No –digo—. ¿De cuándo es esa foto?

–Marta lo ha conseguido ¿no? —Me dice burlón. Me agarra de la cintura y tira de mi hacia él. Me siento encima de él. Me levanta la falda y ahora tiene sus dos manos en mi culo por encima de mis medias.

Me muerdo el labio, pero no le contesto.

—No sé de cuando es —dice— puede ser de la semana pasada. De todos modos, han captado el momento justo. Desde que hacemos esto en serio rechazo cualquier oferta de diversión. Tú lo sabes, pero estas empeñada en desconfiar —me dice. Me aparta el pelo de la cara.

—No es verdad —digo— Se que nunca me harías eso. O lo espero, vamos.

—Idalia, no he follado con ninguna chica desde la primera vez que tú y yo quedamos.

Le miro desconcertada.

—¿Qué? –le digo. Estoy confundida. ¿Qué?

—Antes de estar contigo follaba con cualquiera, no quería nada con nadie, solo pasatiempos —me confiesa—, pero con nadie más desde que empezamos.

—¿Qué estás diciendo? —pregunto con cara descompuesta—, pero me hiciste creer que sí, y tenías condones... —recuerdo.

—Idalia, lo decidí el momento en el que estuve contigo por primera vez. no quería influenciarte, así que simplemente nunca negué el estar con otras chicas, pero nunca te dije que sí. y condones tengo como todo ser humano. eso no quiere decir que los use.

—Pero en tu casa tenías una caja y estaba empezada...

Él se ríe.

—Esa caja es la que empecé contigo las primeras veces que te quedaste a dormir... y poco nos duró la tontería del condón.

Me quedé sin habla.

—No me lo puedo creer. No sé qué decir... —digo.

—¿Qué más da? —dice él—. Fue mi decisión y no me arrepiento, y no follamos poco —dice juguetón.

—Pero aun así... yo pensaba... —digo, pero me callo.

—¿Hubiera cambiado algo de haberlo sabido?

Me lo pienso.

—No estoy segura –digo—me sentiría peor. Ya me siento peor. Joder.

—Te quería libre, Idalia —dice—quería que lo decidieras cuando estuvieras lista. No porque yo lo había decidido antes.

—¿Y si nunca estaba contigo?

—Me hubiera jodido —dice—, también eras tú la que tenía el poder de ponerle fin a lo nuestro—. Así que deja de celarme porque no tienes ningún motivo.

Suspiro.

"Chúpate eso, Marta" —pienso.

Me levanto y me bajo ligeramente las medias. Dejo que mis tacones caigan al suelo cuando me siento encima de su escritorio. Le señalo con una pierna. Él tira de la media y me las quita del todo. Se levanta y se coloca entre mis piernas. me aprieta contra su cuerpo.

—Tienes que estar muy callada —me susurra en la oreja. Me muerde el cuello. Le estoy desabrochando el cinturón y los pantalones. Solo me aparta un poco el tanga y me toca. Yo le estoy tocando la polla. Nos besamos. Me coloca más al borde y me la mete lentamente. Gimo.

—Shh...  —me recuerda él. Me está follando mientras me besa. hundo mi cara en su cuello para no gemir más alto. Él también gime porque ha acelerado mucho el ritmo. Se va a correr y maldice. Me agarra más fuerte.

Se separa de mí. Cierro mis piernas y me quedo sentada en la mesa. Él se vuelve a poner los pantalones.

—Tengo algo más de trabajo para compensar mañana —me dice. Mañana es la famosa cena de empresa, por fin.

Asiento y me voy vistiendo de nuevo.

—Te veo en casa —le digo.

Me guiñe un ojo al tiempo que se remanga y vuelve a clavar la mirada en su ordenador.

Salgo de su despacho y Marta levanta la mirada. Nos ha escuchado. No es la primera vez, pero no dice nada y yo sigo mi camino.

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Holaaa holaaa!!! Es cortito, pero atentos que el que viene os va a gustaar. Lo subiré muuuuy pronto!! Besiiiss
—Leli

I N T E N S O [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora