Primer pecado

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//Ichimatsu//

El infierno o el cielo, no importa donde esté me siento solo, solía trabajar para ambos reinos pero mi pecado fue descubierto...

—(1997)—"Pueblo religión"

La vida de un humano no tiene sentido nace, crece y muere, algunos logran algunas cosas pero no importa que realizar en vida al morir no tiene nada y nadie lo recordará. Creer que pueden hacer la diferencia no es algo posible aquí, solo es la misma rutina una y otra vez, las mismas emociones alegría, tristeza, amor, soledad, envidia, enojo, rencor, miedo y a la que todo el mundo cae es la lujuria. Ese sentimiento no tiene nada en especial pero aún así es lo que inclina a todos a cometer uno de sus primeros pecados, absolutamente nadie es capaz de ser completamente puro a ello o eso era lo que creía.

Una noche de lluvia debía recoger un alma de una iglesia cercana a el pueblo que siempre visitaba ya que por ser un dios de la muerte no tengo lugar ni en el cielo o el infierno podía quedarme donde quisiera. Al entrar a la iglesia me inclino ante la imagen de Dios.

Dios que me observa en estos momentos, pido que el alma de la persona que estoy por llevar sea pura y buena para así no sufrir en el oscuro infierno, que las acciones dadas con anterioridad en su vida sean de tu honrra y pueda serte de ayuda en el cielo

—Amén—

Terminando la oración un humano me tocó el hombro y yo solo lo alejé.
—Lo siento, no quería asustarte— era un hombre de ojos celestes y cabellos negros, parecía ser el padre de esta iglesia. En sus ojos no se encontraba ningún rastro de "suciedad", en el interior de su alma no mire ni un solo rastro de pecado, este hombre es puro.
—Lo lamento, yo me iré—
—Siempre serás bienvenido en la casa de Dios, no tienes porque irte ahora sí no lo deseas. En realidad también he venido a pedir por uno de mis niños que está gravemente enfermo—
Debe ser el niño que vine a recoger.
—No se preocupe padre, yo solo vine a pedir por las personas, pero ahora debo cumplir con mi trabajo—
—Si es así, espero y sus pedidos sean cumplidos junto a su futuro, que Dios lo acompañe—
—Compermiso—
Su alma es pura por completo, su cuerpo es limpio en sangre y mente, su aura es blanca y es ahora un humano en mi corazón.
Entro a la habitación del niño, está en cama completamente pálido, su alma no es del todo pura pero su cuerpo y mente lo es, sus acciones de cuando estaba vivo son buenas salvó por 3 pecados leves cometidos, no hay razón para mandarlo al infierno.
Concluyendo eso tocó su frente y de él sale una mariposa blanca , esa es su alma, esa mariposa se coloca en mi nariz y puedo ver como el niño sonríe, le coloco el sello de la muerte y ahora puede ir al cielo. De la nada el padre  entra a la habitación y mira al niño, toca su rostro y con una sonrisa llena de tristeza dice:
—Que Dios y sus ángeles cuiden de tí, mejor de lo que yo pude—
Dicho eso comenzó una oración y yo solo lo observe, su gentileza y amabilidad eran impresionantes mi corazón palpitaba con rapidez al ver sus acciones y desde ese instante decidí protegerlo.

Pasaron los días y borre los recuerdos del padre para que así no me recordara llendo a la iglesia, al ser uno de los ayudantes de Dios y un demonio podía hacer muchas cosas pero no me daba cuenta que caía del lado equivocado del reino. Al caer una noche la iglesia fue atacada por demonios, los residentes se encontraban dormidos a ecepcion del padre Karamatsu quien se encontraba en secuencia de oración.
—Creí deciros que dejaran a los humanos tranquilos—
—Oh, es un lindo Shinigami—
—Fuera, saben que no pueden invadir la casa de Dios—
—¿Por qué he de hacer caso a lo que dices?—
—Porque yo soy quien se encarga de la tierra—
—¿Quién lo dice?—
—Lo digo yo—
—Eres uno de los nuestros solo que trabajas para el equivocado—Yo soy como ustedes—
—Podemos ver en ti y sabes bien que ahora experimentas el sentimiento en el que todos caen—
—No se de qué hablas—
—Lo dejaremos aquí por el momento, nos vemos Shinigami kun— dicho eso se fue dejándome solo.
De la nada, escuchó que alguien se acerca y yo me quedo pensando ¿Que sirve correr ahora sí volveré a este sitio después? ¿Qué pasará si me quedo? ¿Me resivira? Ha mi mente se vino una imagen en la que yo era feliz junto al ser puro. Enseguida corri al bosque sacando mi guadaña, corte mis cuernos y oculte el resto con algo de ilucion, después ello tomé valor y corte las alas, grite de dolor y agonía, quitarme las alas fue como arrancarme los brazos llenando de mi sangre el suelo. Los cuernos puedo hacer que deben de crecer cuando comiencen a salir de nuevo ya que no soy un demonio completo, pero las alas eran elementales y una de las diosas me las otorgó anteriormente, pero ¡Quiero estar con él y protegerlo! Cambie mis ropas a las de una monja ya que solo así oculto los cuernos que se que volverían a crecer a futuro y los ópalo de mi espalda no resaltaría. De la nada se escucharon pasos voltee a ver quién era mientras guardaba mi guadaña.
—¿Quién está ahí?— pregunté
—Soy el padre Karamatsu, escuche a alguien gritar— dijo acercándose a través de matorrales hasta llegar a mi. —¿Esta bien hermana?—
—¿Hermana?— es verdad soy una monja —Sí, solo me asusté por una ardilla—
—¿Esta sola? ¿De qué iglesia viene?—
—Acabo de terminar con la iglesia del noreste—
—¿Eres transferida?—
—Eso creo—
—Entonces ven conmigo, la iglesia a la que asisto es San José está justo en frente—
—Muchas gracias padre—
—No hay problema—
Así mi pecado fue en marca por el deseo y amor por un humano.

Un Mar de PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora