Un ruido me despertó ipso facto, no recordaba en que momento me había quedado dormida, mire el reloj, las dos de la mañana, ¿quién demonios estaba jodiendo a las dos de la mañana? pensé, pero deje ese pensamiento en el aire cuando una pregunta más alarmarte cayó sobre mi como un baldado de agua fría, ¿Quién demonios estaba en mi casa a las dos de la mañana? Salí rápido de la cama, mi pijama era la de siempre, una camiseta holgada y mis bragas, abrí mi closet y saque un bate de béisbol, al menos noquearía al desgraciado que entro en mi casa, se había equivocado de departamento y lo iba a lamentar todos los días del resto de su vida.
Abrí la puerta con mucho cuidado, sostuve el bate contra mi hombro y me dirigí a la fuente de sonido, desde el pasillo visualice una sombra en la cocina, el ladrón era alto pero yo no me iba a dejar intimidar así que me dirigí hacia el en silencio, sabía que si se percataba de mi presencia no iba a tener oportunidad antes de que me tumbara al suelo. Alce el bate y se lo estrelle en la cabeza. Un sonido gutural salió de la garganta del ladrón, pero esa voz se me hizo familiar, antes de poder armar el rompecabezas el hombre se dio la vuelta y agarro el bate. ¡Mierda, mierda, mierda!, ¿que había hecho?, los ojos azules de Eliot se tornaron oscuros y sentí que me atravesaron.
-¡Pero qué diablos te pasa!, ¿Por qué me pegaste?- Eliot estaba gritando, una de sus manos se estaba sobando la cabeza mientras la otra agarraba el bate con fuerza. Me lo quito de las manos y lo tiro al suelo.
-Yo…Yo…yo- No sabía que decir, estaba en shock, no me acordaba que Eliot estaba en mi casa, estaba demasiado somnolienta para recordarlo- ¡Perdón, perdón!, no me acordaba que estabas aquí, escuche un ruido y Salí a investigar, fue un reflejo.
-¿Un reflejo?, Mujer, casi mi matas, eres a la única que se le ocurre que un ladrón va a entrar a tu apartamento y lo primero que hará es ir directo al refrigerador.- Eliot estaba realmente molesto, pero creía que estaba exagerando, además no iba a permitir que mi gritara y menos en mi casa.
- ¡Tal vez era un ladrón hambriento! , ¡Qué pena por no saber lo que los ladrones hacen cuando se meten en mi casa, nunca me ha pasado, ¿además que rayos te pasa?, me has pegado un susto de muerte. ¿Qué haces despierto a esta hora y en mi refrigerador?! –Ahora era yo la que gritaba.
-Ah no muñequita, a mí no me vengas con eso, tú fuiste la que me golpeo no yo, ahora resulta que es mi culpa, solo tenía hambre y no te quise despertar así que decidí servirme algo de comer, pero tu cocina es jodidamente extraña y se me ha caído una olla
-Pues no vuelvas a hacerlo, no estoy acostumbrada a oír ruidos a las dos de la mañana, por todos los cielos Eres un desconsiderado, tu, estúpido grandulón, casi me da un paro cardiaco-comencé a hablar en español, mi madre decía que cuando era pequeña y estaba de mal genio lo hacía, yo nunca me percataba pero al parecer aún seguía teniendo esa costumbre.
-¿Qué?, deja de hablar en otro idioma- Eliot me agarro de ambas mano, ya que las sacudiendo en el aire, trate de soltarme y lo sacudí, pero apenas movió su cabeza soltó un gruñido- ¡Ayyy!
Su mano soltó mis brazos y se la llevo a la cabeza- Creo que me has sacado sangre, vaya mujer tienes mucha fuerza.
Me había olvidado por completo del golpe, este hombre en realidad me exasperada.
-Déjame ver- Le agarre la cabeza y se la incline para poder ver el daño, aparte su cabello y respire hondo, no le había sacado sangre, solo un chichón del tamaño de Europa completo. Lo toque y Eliot chillo.
-Oye ten cuidado, eso duele- voltee mis ojos, será niñita este alemán.
-Eres un debilucho, solo es un pequeño chichón- Bueno tal vez era un poquito más grande pero no se lo iba a decir- Con un poco de hielo pasara.- Le sote la cabeza y me dirigí al refrigerador, saque un paquete de papas congeladas.- Siéntate.
ESTÁS LEYENDO
¿Cómo deje que pasara esto? (pausada)
RomanceAlex y Eliot te mostraran que no siempre la vida es fácil y que esta llena de decisiones difíciles, pero cuando la recompensa es el amor todo se puede superar ¿o no?