Séptimo Capitulo.

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<<Vamos, no es tan difícil, primero una después otra. Ya lo has hecho antes, no te acobardes. Solo despégalas. Por favor, respondan>>

-No es por presionarte, pero llevamos 10 minutos en esta posición y se me está durmiendo el trasero

<<No es difícil, vamos, tú puedes>>

- No puedo, es más grande que yo. Lo siento. – Llevaba 10 minutos de pie junto a la moto  y no lograba separar mis pies del suelo. Lo había intentando pero cada vez que creía podía me acordaba de todo y me asustaba. Obvio Eliot no lo entendía, aunque había sido paciente estos minutos. Ya se estaba comenzando a exasperar.

Eliot se bajó de la moto y se puso a centímetros de mí, nuestras respiraciones chocaban y no sé  si su propósito era ayudarme, pero no lo estaba logrando. Su cercanía me ponía más nerviosa y ansiosa. Patética, si esa era exactamente la palabra que me describía. Levanto sus manos y las puso en mis mejillas, una a cada lado sosteniéndome la cabeza. Inmediatamente baje mi cabeza y mire al suelo. ¿Qué pensaba hacer?

-Mírame- Su voz sonó tan jodidamente seductora pero a la vez tierna. ¿Cómo alguien podía poner tantas emociones en su voz, y hacerme sentir un torbellino en mi estómago con tan solo una palabra?- Alex, mírame- levanto mi rostro y mis ojos conectaron con los suyos. Era hipnótico, era, era, era familiar. Su mirada me era familiar. Me miro por lo que supongo fueron dos minutos, aunque yo los sentí dos años. El tiempo con Eliot se me pasaba despacio. Y de repente algo en su mirada cambio, no supe qué, pero sus ojos brillaron y su mirada se intensifico. ¿Qué iba a hacer?, ¿en que estaba pensando?, solo podía pensar en eso, ha, y en ¿Me va a besar? <<Por favor bésame>> ¡Mierda, porque estoy pensando en eso!

Eliot ladeo su boca en imitación de una sonrisa, se estaba burlando de mí. Mi cara debió ser patética para que produjera una sonrisa en la de Eliot. Intente apartar la mirada pero él me sostuvo firme.

-Prometí…me prometí que no te iba a preguntar porque le tienes miedo a las motos, y es una promesa que mantendré, cuando estés lista me los dirás. Pero ten por seguro que mientras estés conmigo, nada malo te va a pasar. Te protegeré de esta y todas las otras motos del mundo osen asustarte- Uso un tono heroico en este momento, eso me hizo reír. Y como si no acabara de decir esto, volvió a poner su tono frio y calculador para seguir- Confía en mí, todo va a estar bien. Te sacare de aquí sana y salva.- “Te sacare de aquí sana y salva, Te sacare de aquí sana y salva, Te sacare de aquí sana y salva”. Esas palabras, no sabía porque pero apenas las oí algo en mi despertó o tal vez algo se durmió. MI miedo se esfumo y mi valentía volvió. Tan rápido como un relámpago me sentí confiada con Eliot. Asentí, pues no podía gesticular ninguna frase o palabra coherente. Aún estaba idiotizada por sus ojos.

Eliot suspiro, con verdadero alivio, y no era un alivio de “Por fin nos vamos”, era más bien uno de “Confía en mí”. Me beso la frente y se alejó de mi para volverse a montar en la moto. Me extendió la mano y después de 10 segundo la tome y me monte en la moto, sujetándome fuerte de su camiseta (ya que yo tenía su chaqueta), bueno más bien apretandolo contra mí, puse mis mejilla sobre su espalda y lo abrace, creo que un poco fuerte ya que Eliot se tensó durante unos segundos. Cerré mis ojos y me aferre a él. Solo tenía que confiar en que el trueno no cayera tan cerca y no hiciera mucho ruido.

-Ya llegamos

-eh ¿qué?- Aún tenía los ojos cerrados pero mi agarre ya no era tan fuerte. Apenas podía oír lo que Eliot decía.

-Que ya llegamos- Eliot sacudió sus hombros e inmediatamente me aparte de el al caer en cuenta de nuestra cercanía.

-Hasta que por fin, si me hubiese venido en metro hubiese llegado hace horas- Y eso era verdad, Eliot se había manejado con una lentitud increíble. Al parecer bajo el límite de velocidad y como prometió no se saltó ninguna luz de alto. Así que fueron como dos horas de viaje. Me baje de la moto y un impulso llego de repente. Y me sorprendió que no fuera el de tirarme y besar el suelo, más bien quería montarme de nuevo en la moto y manejar a lo que diera esta belleza. El método de Eliot había funcionado y me relaje todo el camino. Abrí mis ojos de vez en cuando y los cerraba cuando nos acercábamos a los carros. Pero en general estuvo bien el viaje.

¿Cómo deje que pasara esto? (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora