Segundo Capitulo.

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En la actualidad

La suave voz de michael buble se escuchó a través de mi celular a las 6 a.m, me sentía muy cansada y pesada, pero tenía que levantarme, presione pause sobre el teclado táctil y trate de moverme, pero un peso en mi pierna me detuvo inmediatamente, no me acordaba que hubiese ido a la cama con alguien. Me voltee muy despacio para observar a la persona y respire hondo cuando vi una melena rubia cubriendo mi muslo, aferrada a mi como a un oso de peluche estaba Isabelle, su peso apenas lo podía notar, era tan pequeña, más de lo normal para tener ocho años. Me senté con cuidado y la tome en brazos para acomodarla en la cabeza de mi cama, esta era bastante grande para solo una persona, pero me gustaba poder moverme con libertad, sin temor a caerme, además, cuando la compre lo último que me imagine era a una niña de 8 años durmiendo en ella, más bien lo hice para tener a dos hombres en ella y no exactamente durmiendo, pero en los últimos tres años mi vida había dado un vuelco de 360° y ahora esto es lo que había.

Belle, como le decía yo, protesto cuando sintió que la movía pero no se despertó, rápidamente se acomodó y siguió acompañando a Morfeo. Me levante con cuidado y me dirigí a la cocina, tenía que tomar una taza de café, ahora era una adicta a la cafeína, pero ¡Ey! Nadie me puede culpar, mi vida no era exactamente fácil y era mejor ser adicta a esto y no ser una alcohólica o fumadora compulsiva. Prepare la cafetera y espere que estuviese listo, me dirigí a la puerta del apartamento y recogí el periódico que muy amablemente el Sr. Montgomery me subía a la puerta de mi casa todos los días para no tener que bajar, James Montgomery tenía más o menos la misma edad de mi padre y era un amor de hombre, era viudo y vivía con Napoleón su Golden Retriever Negro, en el apartamento del al frente. Mis mañanas eran iguales, café, periódico, baño y desayuno exprés. Me senté en el comedor a leer y tomar mi café, cuando un ojo verde y otro azul posaron su vista sobre mí, alce la mirada y vi la melena rubia de Isabelle, ella era realmente hermosa, tenía el cabello ondulado, una piel blanca igual a la mía y sufría de heterocromía, eso explicaba sus ojos, que a mi modo de ver eran hermosos, toda ella era hermosa, parecía un ángel, tan delgada y frágil, y yo era la responsable de mantenerla a salvo, así que era mejor que lo pensaran dos veces cuando se refería a ella si no querían que mis tacones de 10 cm estuvieran justo en sus bocas. Para la gente era extraño la condición de Belle, pero los niños eran los imprudentes, esos bocas flojas, me daban ganas de chocarlos contra una pared, pero afortunadamente ella era igual de ágil con las palabras que yo, y no se dejaba intimidar, ofender o doblegar por esos parásitos con patas.

Se acercó al refrigerador, tomo la leche, después su tazón de princesas y vacío cereal en el empapándolos con leche, los tomo y se acercó a la mesa sentándose al otro extremo del comedor, una vez logro acomodarse alzo su mirada aun soñolienta y me dedico una sonrisa.

-Estas bastante callada hoy Belle, ¿Qué te ocurre?, creí estarías emocionada por el inicio de vacaciones. – Belle tenía dos meses de vacaciones a partir de hoy, aunque a ella no le emocionaba tanto como a los otros niños dejar la escuela, a ella le encantaba donde estudiaba, y no era para menos, yo pagaba demasiado dinero por tenerla ahí y que recibiera la mejor educación, pero no me dolía ni un solo centavo invertido en ella.

-Solo tengo sueño, pero nada que un baño caliente no solucione.- A veces me impresionaba la forma en que se expresaba, tan madura para tan corta edad, había tenido que pasar por muchas cosas difíciles y no la culpaba, aunque yo trataba de ser lo más relajada posible. En general nos entendíamos bien. A veces parecía que yo tuviese ocho y ella veinte cuatro.

-Tu maleta ya está lista, junto a tu pasaporte y tus papeles. Tu vuelo sale a las 11 e Ian te acompañara todo el viaje, él también va a visitar a su familia en Gales. Tu abuela está impaciente por verte, me ha tenido toda la semana desesperada, pero ya la conoces.- Mi madre vivía en Gales, ahí conoció a mi padre y nacimos nosotras. Le había propuesto que se viniera a vivir a Londres, ella sería de gran ayuda para Belle, pero se negaba rotundamente a abandonar la casa donde crecimos, era el único recuerdo que tenia de mi papá y Danielle. Mi padre había muerto hace cuatro años, yo lo amaba demasiado y creo fui la más afectada con su muerte, aunque no fue una muerte dolorosa, le dio un infarto a mitad de la noche, el doctor nos dijo que no había sufrido, yo quise creerle, quise creer que él había dormido plácidamente solo que no quiso despertar más, fue el dolor más intenso que había sentido y creí nunca volvería a experimentar ese sentimiento y ese vacío, pero, y como pasaba la mayoría de veces, me había equivocado. Ian por otro lado, era mi mejor amigo, lo conozco desde pequeña, él se crio con nosotras. Estudiaba diseño en la universidad donde yo estudiaba, él vivía en Londres desde hace más tiempo que yo, y me ayudo cuando llegue. Era igual de alto que yo, tenía ojos verdes y piel morena, era apuesto y muy divertido pero nunca lo pude ver con otros ojos que no fuera de amigos, habíamos tenido nuestro cuento cuando éramos más jóvenes, de hecho tenía el honor de decir que fue yo quien lo despojo de su preciada virginidad, pero nuestra relación nunca evoluciono.

¿Cómo deje que pasara esto? (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora