𝕮𝖔𝖓𝖏𝖚𝖗𝖔 𝖁𝕴.

230 24 6
                                    

⁺˚⋆。°✩₊✩°。⋆˚⁺

El cielo atardecía mientras avecinaba una estruendosa tormenta que parecía que iba a permanecer por días en Yellowknife, acompañando las tristes plegarias y sentimientos de los habitantes y familiares tras lo ocurrido. Los hermanos caminaban junto con Alice por las empedradas y frías calles del lugar mientras que Karma se quedaba algo atrás observando con cautela a los chicos. No quería desconfiar de ellos, pero había algo que no le retrasmitía nada bueno, aunque no supiera que era. Entre risas y pequeñas bromas, aminoraron sus pasos hasta llegar a un pequeño paseo de jardines algo marchitos y árboles para llegar a una famosa tienda de la zona, la cual era famosa porque no existía otra en kilómetros. Alice y Karma entraron rápidamente mientras que los muchachos se quedaron fuera esperándolas con paciencia. La rubia abrió su cesta de mimbre y comenzó a agarrar productos de comer y beber para adentrarlos en ésta. Mientras tanto, Karma se escondía entre las estanterías para observar a Jimin y Yoongi, quienes parecían tener una ardua y tensa conversación sobre algo poco comprensivo para ella.

—¿A quién espías? —le susurraron de repente en el oído.

Karma saltó en el sitio de la impresión y se volteó sobre sus talones de golpe para ver que se trataba de Alice.

—No vuelvas a hacer eso, casi me da un infarto.

Alice le sonrió maliciosamente e intentó ojear por donde lo había hecho su mejor amiga instantes antes.

—¿Qué pasa con ellos? ¿Hay algo mal?

—Tienen algo de lo que no me fio.

—Prueba a relajarte y conócelos bien, las apariencias engañan. Aprovecha este picnic para intentar ser algo más cercana. ¿Cuánto hace que no socializas con alguien que no sea yo?

—Punto número uno, eso ha sonado muy triste. Y punto número dos, no critico las apariencias de nadie, hay algo de ellos que me da malas vibraciones. No me fio, Alice.

—Deja de ser tan paranoica y vamos a pagar o, se nos hará tarde.

—Sí, sí. Vamos.

Karma empujó jugando a Alice sin hacerla daño y se dirigieron a la cajera de la tienda para pagar todo. Mientras Alice ponía en la cinta transportadora, Karma danzó sus luceros por el sitio hasta dar con los hermanos nuevamente. Un destello cruzó los ojos de Jimin y otra vez, la joven pelinegra no supo descifrar el color, pero de algo estaba segura, no era un color normal para una persona común y corriente.

—Qué raro.

Ante aquel susurro, Yoongi giró su faz y frunció su ceño con esmero para escudriñar a Karma y Jimin no tardó en darle un codazo en las costillas bastante poco disimulado. ¿Qué les pasaba? ¿Siempre actuaban tan extraño?

—Vámonos, que sino se hará de noche.

La voz de Alice hizo que Karma saliera de su ensoñación y la siguió sin mediar palabra alguna. Una vez salieron, siguieron su camino hacia el bosque. A cada movimiento que hacían, más parecía tensarse el ambiente y menos confiable se palpaba que fuera. En la entrada los árboles y las decenas de frescas y desordenadas plantaciones les invitaban a entrar y sin pensarlo de más, fue lo que hicieron los cuatro jóvenes.

—¿Dónde queréis sentaros? —preguntó Alice.

—¿Qué tal si vamos al claro? —añadió Jimin observando con atención a su pareja.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐘 𝐌𝐎𝐎𝐍 ⸻ 𝐌𝐈𝐍 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora