Ryan
Terminé de limpiar la cocina justo como le había prometido a Lauren. La extraño demasiado, no entiendo como una persona se pudo volver tan indispensable en mi vida, me encanta como se enoja conmigo me parece adorable y sexy a la vez, su forma de ser tan educada y tenaz tiene carácter y es demasiado hermosa, la quiero, la amo, pero no quiero involucrarla en mis problemas. A comparación de mi ex, que al parecer le faltaban más tornillos que lo normal, ahora sé que verdaderamente no sentía nada por ella a comparación con lo que siento por Lauren, ahora todo está , estaba con ella porque era la única que me entendía, que compartía el mismo mal sabor de boca que yo, pero esa noche que se acostó con Álvaro supe que solo era una calenturienta y falsa persona; se veía tan serena y tranquila con su ropa corta y sus tatuajes que me parecía irónico como su apariencia no combinaba con su forma de ser, pero solo lo llevaba oculto porque si es una desquiciada.
No dejo de hacerme la idea de cómo deben de estar planeando su próximo ataque quizás a una bodega, a la casa de un millonario o a otro bar, nada de eso me interesa, si quiera nunca lo ha hecho, pero me preocupan algunas personas que pertenecen a la pandilla, estoy consciente de que ahí hay personas que quizá no quieren estar ahí y no hablan ni comparten ese pensamiento con nadie porque tienen miedo, incluso me atrevo a pensar que la mayoría de ellos no pertenecen a esa maldita desgracia.
De momento escucho un grujido por la puerta como si le estuvieran haciendo algún truco para abrirla, me levanto del sofá y me paro justo detrás de la puerta sin hacer ningún ruido, no puede ser Paula porque no creo que Lauren le haya dejado la llave, y no tiene ningún familiar que viva cerca de aquí, cuando la puerta se abre, veo que es un tipo, lo tomo rápidamente del cuello y lo presiono contra la puerta haciendo que se cerrara de golpe. Es un chico de algunos diecisiete años, es delgado, cabello castaño y ojos azules, no parece el chico ladrón o delincuente, mas bien el chico consentido por sus padres que vive en una casa de dos pisos con alberca y una marquesina repleta de coches carísimos, pero las apariencias engañan. Puedo reconocer el miedo en sus ojos.
-Por favor no me mates. -chilló casi temblando.
Me viene a la mente la primera vez que me metí a una casa a saquearla junto con cuatro más de la pandilla, estaba nervioso y el miedo se apoderaba de mí, me sentía sucio y vacío, no quería hacerlo para nada. Recuerdos me torturan y veo a esa mujer huyendo con su hija hace un año, fue mi peor experiencia y eso está tatuado en mi conciencia, es rasgante, doloroso y exasperante recordarlo, pero me alivia saber que hice algo bueno en medio de todo el daño. Sin embargo la policía en esta ciudad es idiota y no profundiza en los casos, y por eso se me acusan de asesinato.
El chico se trata de escabullir, pero lo sostengo más fuerte y empieza a ponerse rojo.
-¿Quién te envío? -le pregunto mirando un tatuaje a medio hacer que tiene en el brazo.
-Nadie -dice atemorizado -Necesito dinero, solo eso -su falta de aire es notable, pero lo sostengo un poco más.
-Y, ¿crees que ésta es la solución?, ¿estás siendo obligado por alguien? -pregunto.
-No, solo lo hago por mi madre -sus ojos amenazan con llorar y lo suelto, sin bajar la guardia cae al piso recuperando el aire. Tiene los ojos cristalizados y frota su cuello donde estuvo mi mano obstruyendo el aire.
-¿Cómo que por tu madre? -digo con voz dura.
-Mi madre tiene cáncer y hay que pagar su tratamiento, no tenemos dinero. -dice hundiendo la cabeza en sus rodillas con vergüenza.
-¿Y no crees que es más fácil trabajar? -noto que es un novato y que de seguro es primera vez que lo hace, ¿Qué ladrón entra por la puerta y a plena luz del día? -¿Has robado anteriormente?
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INTRUSO
Teen FictionDespués de una noche espantosa y un escape de la muerte alguien irrumpe en su departamento dejándola atónita y asustada. ¿Llamará a la policía? O ¿lo ayudará a escapar de ella? -No soy malo, pero no me junto con gente buena. -Lo miré cuando dijo l...