02.

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Temo.

-¡Apresurate Temo, tenemos que ir a la escuela.- gritó Ari, mientras yo terminaba de arreglar mis cosas.

-Si ya voy.- dije caminando rápido hacia Ari.

-Te ves hermoso bebe.- dijo con cierta picardia.

-Gracias.-dije sonrojado. Ari se acercó y me tomó de la cintura.

-¿No quiero que andes con otros muchacho?, estaras junto a mí todo el tiempo.-

-Si Ari, no te preocupes.-

La verdad me asustaba mucho la manera en la que me hablaba, como si lo fuera a dejar........es demasiado posesivo su comportamiento.

Los dos llegamos a la universidad, y a todos lados estabamos juntos, varios nos preguntaban que si somos pareja y Ari siempre contestaba que si, algunos se me acercaban a hablarme y yo respondia pero Ari apretaba mi mano y me miraba mal, yo aguantaba aquel dolor y terminaba las conversaciones.

-Ari necesito ir al baño.-dije con un poco de miedo.

-Yo voy contigo, no quiero que alguno de esos idiotas que te hablo se acerquen más a tí.-

-Esta bien.-

Yo entre al baño y Ari se quedo afuera, entonces hize lo debido y salí a lavarme las mano, entonces escuché abrirse otro cubiculo.

-Wow Temo, no pensé encontrarte aquí.- dijo Thiago a lo que me sorprendí.

-¡Thiago! ¿Estudias también aquí?-

-Asi es, ¿Qué pequeño es el mundo, no le crees?- dijo con una gran sonrisa, ojala pudiera sonreir así.

-Si, la verdad no me lo espere.- sonreí pero más fingidamente.

-Pero vas empezando la Universidad ¿no?.-

-Si, es mi primer año.-

-Ya veo, yo casí termino....ahí cuando termine con mis primeros sueldos te invito a comer. ¿Claro si quieres?- no borraba aquella sonrisa de su cara y yo solté una carcajada por lo que dijo.

Había olvidado la preocupación de lo que estaba pasando con Ari.

-Pues a ver.....pero me tengo que ir, ya es tardé- entonces me acordé que Ari estaba afuera. La puerta se abrio y ya era demasiado tardé.

-¡Temo, tenemos que irnos!.-dijo con el rostro fruncido, en mis adentros sentí demasiado miedo.

-Si Ari.- dije y me acerque a él.

-Temo ¿No me vas a presentar a tu amigo?- dijo Thiago.

-Este.....- me estaba quedando si voz, seguro Ari me va a matar al verme con él.

-Soy Aristoteles Corcega, un gusto.- los dos se estrecharon las manos, pero ante la mueca de dolor que hizo Thiago supongo que Ari apreto de más.

Los dos salimos y traté de explicarle a Ari que nada había sucedido.

-Tahi, yo.....no hize nada malo....-

-Entiendo amor.....ahora no es el momento.- dijo y me dio un beso en la frente. Quede sorprendido, pensé que se pondría celoso.....bueno.

El día paso y regresamos a casa. Mi Tahi se metio a el cuarto y yo caminé hasta la cocina para buscar una fruta.

-Amor, puedes venir.- gritó desde la recamara.

-Si Tahi, ya voy.- deje la manzana que estaba comiendo y entre a la recamara.

-Sientate bebe.- yo obedecí y el cerro la puerta.

-¿Pasa algo?- dije asustado.

-¡Si, pasa que anduviste de facil con aquel tipo, eres un....- ni siquera me dio chancé de explicar, me soltó un golpe y caí acostado en la cama.

Unas pocas de lagrimas salieron de mis ojos. Era demasiado el dolor.

-¡Ahora pon la manos de nuevo!- gritó más furte.

-Ari me duele......yo no hice nada malo....- ya estaba llorando más fuerte.

-¡Dije que pongas las manos!- yo obedecí, y con su cinturon las empezó a azotar, quedando aún más rojas que la última vez.

-Auuuch......- ya era demasiado, esta vez esta fuera de control.

Depués me volvio a empujar contra la cama, yo subí mis rodillas, pero él las abrio y se metio entre ellas. Con una mano apretó una de mis piernas y con la otra amarro mi manos.

-¡Te lo advertí Cuauhtemoc, eres mío. Si lo vuelves a hacer te va ir aún mas peor!- Ari besaba mí cuello y tocaba partes de mi cuerpo de una manera violenta.

-Ari....me duele, por favor.-

Yo no podía parar de llorar, pero creo que tuvo un poco de gracia por mi y me soltó.

-Si no fuera porque encontré trabajo ya te hubiese comido amor, me tengo que ir. Cuando llegue quiero que la cena este hecha y hazlo bien, haber si esta vez no haces tus porquerias. Ha y no quiero que salgas de aquí, poque si me doy cuenta no te la acabas.- yo asentí y él salio.

Tomé forma de feto y seguí llorando por mucho tiempo, era demasiado grosero la forma en que Ari me estaba tratando.
Decidí llamar a Diego, necesitaba alguien con quien hablar.

Después de una media hora Diego llego. Tocó la puerta y rápidamente la abrí, en cuanto lo ví, me lancé sobre él y me solté a llorar.

-¿Qué pasa Temo?-dijo preocupado.

-Yo....es muy díficil Diego.-

-Vamos a entrar, te tranqulizas y luego me cuentas.-

Yo asentí y los dos entramos, tomando asiento en uno de los sillones.

-A ver Temo dime ¿Qué sucede?¿Nunca te había visto llorar así?- dijo posando su mano en mi hombro.

-Es Ari...él esta actuando muy distinto.-

-¿Cómo? No me digas que se arrepentio de ser tu pareja, porque si no....-

-No, no es eso.-

-¿Entonces?-

-Él es demasiado celoso.-

-Pero eso es normal, todos sentimos celos, bueno algunos más que otros.-

-No Diego, esto mucho.- yo le mostré mis manos, las cuales estaban algo moradas. También me quité el maquillaje que había usado para tapar el golpe de mi cara.

-¡Temo, eso lo hizo Aristoteles!- yo asentí.

-Lo voy a matar.-

-No espera, la verdad creo que aveces le doy razones. También debe estar sacado de onda por lo de nuestro cambio a la ciudad.- yo le conté las razones por las cuales él se puso violento.

-Por eso te golpeo, Temo creo que lo estas incubriendo. Deberias decirle lo que piensas de su forma de ser y si no entiende lo dejas.-

-¡No!, yo no quiero dejar a Ari, lo amo.-

-Entiendo, entonces habla con él, eso debe ayudar.-

-Gracias Diego, necesitaba hablar con alguien.- los dos nos abrazamos de nuevo y platicamos un rato más, él se fue y ya me sentía mas tranquilo. Mañana hablaría con Ari.

Cociné unos hot cakes para la cena y apenas terminaba cuando Ari llegó.

-Ari te prepare la cena.-

-Espero que este rico, si no me tendre que cenar a tí.-

Él los probó y esta vez creo que acerte.

-No esta mal, asi se hacen las cosas Tahi.-

-Me da gusto, que te hallan gustado- los dos terminamos de cenar. Mi Tahi se metió a bañar, mientas yo me fui a dormir, aunque no lo lograba

Ari entro al cuarto y se acostó igual. Depués de un rato sentí como su mano se metia por mi camisa y tocaba mis pezones. No dije nada, la verdad ya estaba cansado.

¿Qué te paso? (Aristemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora