Zhen Jun preparó todo lo necesario para el funeral de la madre de Arimea y varios nobles asistieron sólo para obtener chismes, la comida la sociedad, en otras palabras. Arimea llevaba un vestido negro demasiado cargado, se mostraba incómoda con la vestimenta, pero sin duda alguna se veía como una princesa.
Cuando las llamas alzaron la pequeña contuvo un sollozo y Zhen Jun le colocó una mano sobre el hombro en señal de apoyo. El día estaba gris pero nunca llovió. Con forme pasaban los minutos las personas curiosas se comenzaron a alejar y para cuando las llamas de la pira funeraria se extinguieron la luna y las estrellas comenzaban a brillar.
-Arimea, vamos dentro. Necesitas comer algo, aunque sea un té ¿Está bien?
-Sí, está bien.
La niña estaba mostrando una increíble fortaleza, pero Zhen Jun no sabía cómo actuar. Según la tradición del Dragón Negro, Arimea vestiría colores azules, violetas y grises durante dos meses por el luto y que se mantendría bordando un velo en honor a su madre que utilizaría en los próximos aniversarios de muerte. Arimea no sabía bordar y parecía que tampoco había recibido formación alguna en cualquier religión.
-Mi señor...
-Trae la cena a la habitación de la señorita, para ambos. Por favor – señala él al entrar y observar a la doncella que hace poco tiempo era una esclava. Cuando la madre de Arimea murió él le dio la libertad y ella pidió seguir trabajando junto a la señorita, Zhen Jun no vio ningún problema a eso y accedió.
-Sí, señor- dijo para luego retirarse.
-Arimea, sé que no es el mejor momento para hablar de esto, pero quisiera saber si tu madre te ha enseñado a leer, escribir, bordar, o alguna otra cosa.
-Me había comenzado a enseñar a leer y escribir, pero no sé nada de bordados o de religión. Lo único que sé es la historia del Dragón Negro y del Primer Emperador.
Zhen Jun asintió - ¿Recuerdas que le prometí a tu madre que cuidaría de ti como a una hija? – la pequeña asintió – Bueno, también sabes que soy el príncipe heredero – Arimea volvió a asentir -. Entonces, puedes entender que, si eres mi hija, eres una princesa y como princesa que eres, necesitas aprender los menesteres de una dama y por ende también de una princesa ¿Estás dispuesta a aprender la religión del Dragón Negro y convertirte en mi hija y princesa del Imperio?
-Sólo con una condición – señala la pequeña y Zhen Jun arquea su ceja -. Tienes que enseñarme a defenderme y también quiero aprender medicina.
Zhen Jun asintió -En ese caso, Arimea. Creo que de ahora en adelante eres mi hija, la princesa Arimea Wanglong.
En ese instante la doncella entró cargando una bandeja con la cena de ambos. Colocó los platillos sobre la mesa y después colocó los palillos para que comieran. La cultura de la Ciudad Imperial se había basado en otra muy antigua y aunque ya no se practicaba mucho, la familia imperial siempre mantenía la costumbre de comer utilizando palillos, en este caso de jade o de plata, pero anteriormente eran fabricados con madera. Arimea observó los palillos con curiosidad, Zhen Jun sonrió comprensivo.
-Vamos a comenzar con las lecciones de princesa, Arimea. Aprenderás a comer como se hace en la corte.
Zhen Jun le enseñó a sujetar los palillos, luego la puso a practicar con el platillo más difícil de sujetar de esa mesa y aunque terminaron cenando comida fría, la pequeña había aprendido a manejar con bastante facilidad los palillos.
*
Miralys se mantenía lo más lejos de su casa que podía o pasaba encerrada en su jardín. Sabía que en el momento en que dejara la mansión de su padre, tendría que acabar con las flores que tenía allí. Todas y cada una de ellas, no podía permitirse que alguien entrara y robara semillas o, en todo caso, esquejes para reproducirlas. La mayoría habían sido un regalo de mercaderes de rincones lejanos del mundo, pero las plantas más tóxicas habían sido una petición de cuido.
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La Sacerdotisa del Dragón (Saga El Imperio del Dragón Negro: Libro I)
FantasyMiralys creyó que una promesa sería suficiente. Su padre piensa que la promesa hecha fue ante una roca y su propia codicia obligará a su hija a tomar decisiones apresuradas cuando su tranquila y libre vida se vea amenazada por un matrimonio arreglad...