Hola, lamento haber desaparecido por tanto tiempo. Realmente estaba tan ocupada con cosas personales que se me pasó la fecha de publicación.
Espero les guste este capítulo, lo disfruten y me cuenten qué les parece.
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Miralys extendió la tela del vestido de bodas en el lugar destinado para él. Había comenzado a estudiar sobre las tradiciones del culto de los Hijos del Sol, sólo podía decir que detestaba la manera en que las mujeres tenían que vivir. Era casi como comprar un esclavo el contraer matrimonio, la mujer perdía relación absoluta con su familia materna y paterna por igual; pasaba a estar recluida en la casa del esposo y si de suerte era la primera esposa tenía más libertades, como acompañar a su pareja en reuniones sociales, sino pasaría toda su vida dentro de las paredes del lugar denotado para ella. Debía de cumplirle al esposo cuando él quisiera sin importar la condición que ella tuviese y no tenía derecho a tomar hierbas medicinales para evitar concebir. Eso era una completa dictadura, no las trataban como humanos sino como máquinas para tener hijos y además de meros adornos y objetos sexuales.
Miralys lanzó el libro que estaba leyendo lejos y provocó un sobresalto en su doncella, que observó asustada el lugar donde el pobre libro había sido abandonado.
‑ ¿Se encuentra bien, señorita?
‑Sí, lo estoy. Torvi, guarda ese libro del demonio. No lo quiero ver hasta que lo necesite.
‑Sí, señorita.
Torvi se puso de pie y lo recogió, se encaminó al cofre donde tenía todos los libros del culto que su señora estaba estudiando. Leyó un par de cosas por encima y entendió la repulsión de su señora. Era una cultura atroz. ¿Cómo podía ser casi que una orden que los hermanos del esposo podían acostarse con las esposas de los demás como si nada?
-Torvi, prepara un bolso con provisiones. Creo que no voy a utilizar lo que tengo guardado en el templo.
-¿Señorita?
-Cuida que todo lo que uses, incluso el bolso, no tenga ninguna identificación o marca que logre identificarnos en un futuro. Incluso, compra nuevos de ser necesario.
‑¿Sucede algo?
-Sólo una corazonada, Torvi... Voy a escapar el día de la boda, lo acabo de decidir.
***
Miralys comenzó a actuar completamente feliz alrededor de los sirvientes, cada vez que le preguntaban sobre cosas acerca del banquete ella ayudaba a decidir alegando que debía quedar lo mejor posible. Su padre estaba radiante de felicidad al escuchar las órdenes de su hija, la boda sería maravillosa.
Él había visto a su hija empezar a darle los últimos detalles al traje de bodas, era hermoso. Rojo como la sangre y bordado con hilos dorados con diseños de soles y estrellas alusivos a su nueva religión. El tocado era precioso, de flores blancas y celestes en una base de oro y el velo le había quedado aún más hermoso que el mismo vestido. Aunque era un poco opaco, prácticamente nadie podría observar las facciones de su hija hasta que quitaran el velo; ella se justificó con decir que nadie en la distancia debería observar su rostro, sólo su esposo, eso lo complació mucho.
El futuro esposo de Miralys, durante las últimas tres semanas, le enviaba sin falta una flor diferente todos los días. Miralys, para complacer y engañar a todos, había comenzado a juntarlas en diferentes jarrones y les cuidaba.
Miralys observó su vestido y suspiró feliz. Estaba listo, una lástima que no fuese a usarlo ella.
-Quedó hermoso, señorita – dice Torvi maravillada al ver el resultado.
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La Sacerdotisa del Dragón (Saga El Imperio del Dragón Negro: Libro I)
FantasyMiralys creyó que una promesa sería suficiente. Su padre piensa que la promesa hecha fue ante una roca y su propia codicia obligará a su hija a tomar decisiones apresuradas cuando su tranquila y libre vida se vea amenazada por un matrimonio arreglad...