1

124 14 1
                                    

25 de Abril, Año 2002

Lauren Jauregui - 6 años (LJ POV)

Caminábamos por un costado de la calle tomados de la mano, sin apuro alguno. Papá llevaba en su otra mano un lienzo cubierto con una tela, para que no se ensuciase y yo llevaba sobre mis hombros mi mochila, sentí como rebotaba en mí espalda con cada uno de mis saltos.
Yo me sentía muy contenta porque él me acompañara a la escuela mientras me hablaba, el me contaba y enseñaba cosas que las demás personas no podían ver.
Nos detuvimos antes de cruzar la calle y papá se inclinó hasta mi altura apoyando el cuadro a un lado de su cuerpo para que no tocara el suelo.

-Esme-nombro el apodo qué tenía para mí, el me decía Esmeralda porque decía que mis ojos se parecían a esa piedra tan preciosa.- Hasta acá te acompaño hoy- dijo y yo lo miré confundida.

-Pero mamá dijo que me llevaras a la escuela..-respondí aún sin tener en claro por qué no lo haría. Tal vez me había equivocado con lo que mamá dijo o quizás él estaba llegando tarde al trabajo. Pero siempre me llevaban hasta la puerta del instituto y además habíamos salido temprano.

-Esmeralda- me llamó nuevamente haciéndome salir de mis suposiciones- se lo que dijo mamá pero quiero que hoy tengas una misión especial-comentó llevando su mano a mi mejilla y la acaricio mientras me miraba- debes aprender a ir sola, mamá quiere que siempre te acompañemos pero ya estás creciendo.-él se puso de pie nuevamente y me entregó el lienzo, el cual tomé con cuidado entre mis manos cuidando que no rozara con el suelo.- siempre habrá un momento dónde tendrás que caminar sola pero ¿sabes? eso no significa que no estaremos contigo, solo significa qué tu podrás llegar a casa y contarme nuevas historias como las que yo te cuento de mis viajes.

Pensé en lo que decía, tenía razón, en unas horas podría llegar y contarles que pude llegar al colegio sin ayuda. Observé a mí alrededor, al saber que él no iría conmigo el mundo parecía más grande y algunas dudas y miedos me pusieron un poco nerviosa.

-Es normal tener miedo, mija-llevé mí mirada hacia arriba, hacia su rostro- pero que eso jamás te detenga..ahora-señaló a la calle- siempre observa ambos lados de la calle ¿entendido?

-Sí-respondí rápidamente asintiendo, sujete mejor el lienzo y caminé hasta el borde de la calle  concentrándome. Observé a ambos lados siguiendo las palabras de papá y al ver que no  venía ningún auto lo miré. 
El asintió frunciendo el ceño levemente indicándome de que era momento e imité su gesto asintiendo nuevamente y me volví hacia la calle para dar un vistazo nuevamente, antes de dudarlo, tomé el valor de correr rápidamente hacia el otro lado.
A penas mis zapatos pisaron la vereda, dejándome a salvo de los autos, solté un suspiro sintiendo mi corazón saltando en mí pecho.

-¡Lauren! -gritó mi papá y me giré a verlo- No olvides que te amo.- finalizó sonriendo y yo asentí.

-¡Te amo, papá!- grité de regreso antes de volver a mirar hacia el camino que llevaba a la escuela y comenzar la nueva misión: llegar sola y sin perderme.

Cruzar las pocas calles del camino resultaba cada vez más fácil y me sentía toda una experta en ello aunque solo llevaba 3.
El lienzo comenzaba a cansarme un poco pero luchaba por no rozarlo en el suelo, era importante que llegara intacto. Bueno, tal vez me cansaba porque iba saltando sobre las lineas del suelo pero era inevitable, cosas terribles pasarían si pisaba alguna.
Con el paso de los minutos, el mundo era un lugar nuevo frente a mis pequeños ojos, prestaba detallada atención a todo y todo era curioso.
Hasta la ardilla que veía todas las mañanas hoy parecía mas interesante y hasta me reí y cuando estaba mordiendo una nuez.

-Tal vez música pueda ayudarme-dije asintiendo para mí misma y concentrándome en el camino nuevamente. Me gustaba cantar, siempre lo hacía, sobre todo una canción que mí mamá escuchaba a veces, instantáneamente al pensar en su melodía la letra vino a mí y la canté durante el resto del camino.

MANGATA | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora