¿Que pasaría si los cuentos de hadas fueran parte de un mismo universo?, ¿Y si Bella y Cenicienta fueran mejores amigas?, ¿Y si la sirenita y Cenicienta amaran al mismo príncipe?, ¿Y si el amor eterno no es lo que parece ser?, ¿Y si la bestia fuera...
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Créditos a @Vian-Li y pretty por los dibujos
os recomiendo leer esta parte con el video "nostalgia"editado por magicisall
Érase una vez, hace mucho tiempo, en la capital de un lejano reino llamado Esperancia, vivía una niña alegre y soñadora de cabello rojo y ojos verdes a la que todos llamaban Bella, era hija de un rico comerciante llamado Maurice, y también tenía tres hermanos mayores, Tom, Dick, y Stanley. Desgraciadamente, la madre de la niña había muerto poco después de su nacimiento, por eso su padre siempre le daba todo el cariño del mundo y se encargaba de que no le faltara de nada gracias a su fortuna su padre pudo contratar a los mejores maestros para su educación. Mientras que sus hermanos odiaban estudiar y siempre buscaban formas de escaquearse, Bella siempre mostró un gran interés y enseguida desarrolló una gran pasión por los estudios, en especial por los libros. Bella amaba leer, los libros le hacían transportarse a otros mundos y conocer nuevas personas.
El tiempo pasó, y Bella creció convirtiéndose en una jovencita que no sólo era hermosa, sino además muy culta, yendo siempre a museos y a galerías de arte. No pasó mucho tiempo hasta que tomó la decisión de convertirse en profesora, su padre quedó encantado, pero mucha gente, en especial sus hermanos, pensaban que no estaba bien que una mujer de dedicará a enseñar. A pesar de todo, a ella no le importaba, estaba dispuesta a luchar por su sueño sin importar la opinión de los demás.
Sin embargo, todo cambió cuando cumplió 16 años, su padre había hecho grandes inversiones en tres barcos mercantiles, y todos se habían hundido. Las pérdidas habían sido tan grandes que su padre lo perdió casi todo, quedándole tan solo una casa en un pequeño pueblo cerca de la capital. Bella, al principio estaba destrozada, ya que sin dinero no podría pagar sus estudios y no le quedó más remedio que renunciar a su sueño. Aun así, ella apenas mostró su disgusto por ello, ya que sabía que su padre la necesitaba más que nunca. Sobre todo, porque sus hermanos se lo habían tomado mucho peor mostrando abiertamente su desprecio por la situación, acusando a su padre de haber arruinado su vida.
Cuando se mudaron a aquel pueblo las cosas se pusieron peor. Su padre estaba cada vez más débil por la edad y Bella era la única que lo cuidaba, ya que sus hermanos no hacían más que emborracharse y salir por ahí de juerga.
El único consuelo de Bella eran sus libros, que la ayudaban a distraerse y a sentirse mejor, pero hasta eso era un problema, ya que a la gente de aquel pueblo no le parecía bien que una mujer supiera leer, y se lo demostraban hablando mal de ella. Bella intentaba ignorarlos.
Un día estaba caminando por la plaza del pueblo cuándo dos hombres comenzaron a molestarla quitándole el libro que tenía en sus manos.
- ¿Se puede saber qué haces con esto? - dijo uno de los hombres- ¿No sabes que no deberías cogerlos?
