Capítulo 3: La dama misteriosa

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Al día siguiente, a última hora de la tarde. Bella y Catherine estaban sentadas al lado del mismo árbol del que había caído el chico misterioso el día anterior.

- jajá, lo siento- dijo Bella mientras intentaba aguantarse la risa- ¿Pero de verdad esperas que me crea que un chico salió de la nada de ese mismo árbol y te calló encima?

- ¡Te he dicho la verdad! - dijo Catherine ofendida al ver como Bella no paraba de reírse después de contarle su extraño encuentro con el chico- ¿Por qué no me crees?

-Es que es demasiado, ¿Cómo decirlo?, uhm, dramático...- dijo Bella mientras volvía a estallar a carcajadas para el gran fastidio de Catherine, que no podía evitar cruzarse de brazos y fruncir el ceño.

- ¿Seguro que no lo has leído en alguna novela romántica? – dijo Bella dejando ya de reír- sé que me dijiste que no te gustaban ese tipo de libros, pero lo que cuentas suena como el tipo de escena donde los enamorados se encuentran por primera vez.

-Primero- respondió Catherine frustrada por aquellas pablaras- Esos libros siguen sin gustarme, ¡son ridículos!, segundo, ¡no estoy enamorada de ese chico!, ¡solo lo he visto una vez!, ni siquiera sé cómo se llama ni donde vive.

-Pero has dicho que era guapo, ¿Verdad? - dijo Bella burlonamente.

-B-Bueno yo...- respondió Catherine en voz baja mientras se sonrojaba.

- ¡Oh por la Diosa!, ¡es verdad!, ¡sí que te gusta! - exclamó Bella volviendo a reírse.

- ¡Déjalo ya!,- exclamó Catherine con la cara completamente roja de vergüenza- Es solo que ha sido el primer chico que ha sido educado conmigo, ¡nada más!, además, ¿Quién te ha dicho que se ha fijado en mí?, ¿Qué chico lo haría?

- ¿Ah qué te refieres? - dijo Bella preocupada, sabía que Catherine siempre intentaba fingir que no le importaba lo que la gente se burlara de su aspecto, pero sí que lo hacía y eso la había hecho que se sintiera muy insegura acerca de este.

-Está claro, - dijo Catherine en un tono triste- ¡Mírame!, tengo un ojo de un color distinto al otro, voy vestida con ropa vieja y casi siempre tengo la cara sucia.

-No pienses así- dijo Bella mirando fijamente a su amiga- Tienes que gustarte a ti misma sin importar lo que los demás piensen, lo realmente importante es el interior.

-Para ti es fácil decirlo-se quejó Catherine-Tú si eres guapa, hasta tu nombre lo dice.

Bella estaba a punto de responder cuando de repente, se levantaron del suelo por una vista inusual que rara vez se había visto en aquel pequeño pueblo. Se trataba de un elegante carruaje negro, con elaborados adornos de plata y tirado por cuatro caballos negros. Enseguida, toda la gente del pueblo dejó lo que estaba haciendo y fijó su atención en el elegante carruaje que velozmente entró en el pueblo y se detuvo justo delante de la posada. Rápidamente, una enorme multitud se formó alrededor del carruaje. Incluyendo Bella y Catherine, que también estaban curiosas por ver que hacía aquel elegante carruaje en un pueblo tan humilde. Al ver por primera vez con claridad al cochero, la multitud se llenó de murmullos, se trataba de un hombre muy alto vestido completamente de negro, con un corto cabello marrón, una piel tan pálida como un muerto, una cara alargada que dejaba sus facciones marcadas, y unos ojos oscuros que parecían no tener vida. Sin decir palabra, el cochero se levantó de un salto de su asiento, y abrió la puerta del carruaje mientras todos le miraban con una gran expectación. Enseguida, para sorpresa de la multitud, del carruaje surgió una hermosa chica que parecía ser de la misma edad que Bella y Catherine. Su piel era muy pálida, pero no tanto como la del conductor, tenía unos brillantes ojos dorados, sus labios estaban pintados de un intenso color carmesí y llevaba su largo pelo negro hasta la cintura completamente suelto. Estaba elegantemente vestida con un vestido rojo con detalles y adornos en negro, y para el asombro de todos, en su cuello lucía un deslumbrante collar de diamantes a juego con unos pendientes también de diamantes.

Magical Stories vol1: Sueños SolitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora