Segunda parte
El símbolo de una revolución muchas veces no era el medio ni su propia causa, sino la gente que le componía. Porque aunque existieran medios y existiera causa, una revolución no se propagaría si no fuera por el ejemplo de sus miembros.
Las mujeres de Moltum en toda su variedad de colores, formas y personalidades, a pesar de haber sido separadas y etiquetadas por casi dos décadas, estaban ese día reunidas con un simple propósito en común.
Recobrar su libertad.
Mientras marchaban por las calles de la ciudad solo tenían en mente la idea del mundo que podrían crear si tan solo lograran su propósito, lo maravilloso que sería el poder respirar sin sentir que el aire también les era limitado, así como todo había sido en los últimos años de sus vidas.
Los negocios y las fábricas en Moltum cerraron, el centro comercial estaba vacío, todo en la ciudad estaba paralizado ya que las mujeres decidieron poner un alto y enfrentarse a la realidad que tenían que destruir.
Las grandes masas de mujeres se detuvieron en el punto central de la ciudad, donde todas se sentaron en el suelo y llenaron una calle completa.
Sahona, Cynthia, Sara y Mora estaban de pie frente a ellas, cada una con una sonrisa orgullosa en el rostro.
— ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos todas nosotras juntas? —preguntó Sahona a través del micrófono.
—En la gala mensual. —corearon las mujeres.
— ¿Recuerdan algo que mencionó Ashley en su bienvenida? Un grupo tan hermoso de mujeres. —continuó Sara y divisó a algunas mujeres asintiendo.
— ¿Quién de ustedes se creyó eso? —cuestionó luego y todas se quedaron calladas, a excepción de una chica que se levantó y comenzó a hablar.
—Ashley piensa que somos hermosas, entonces deberíamos creerlo. —expuso una delgada y se escucharon murmullos y quejidos ante su comentario.
—Es muy fácil para ti decirlo, eres perfecta. —bramó una gruesa mientras se ponía de pie.
—Lo perfecto es relativo. —comentó Mercurio y se acercó para tomar el micrófono—. Para mí el día está horrible porque odio la luz del sol, sin embargo para ustedes es el día perfecto porque no se les arruina el pelo. No hay manera de saber si realmente el día es horrible o perfecto porque siempre todas vamos a tener una opinión diferente acerca del tema. —explicó y le entregó el micrófono a Cynthia, quien esbozó una pequeña sonrisa.
—Vamos a jugar un pequeño juego. —comenzó Cynthia y las mujeres le miraron curiosas—. El juego se llama "Yo pienso".
—Se preguntarán en qué consiste el juego. —pronunció Mora y le entregó el micrófono a Sahona.
—Es bastante sencillo. El punto principal del juego es decir las cosas que ustedes piensan de las unas y las otras, pero no porque Ashley les dijo que lo pensaran, sino porque ustedes lo hacen. —explicó la albina y Sara tomó el micrófono.
— ¿Quién quiere comenzar? —inquirió con una sonrisa y por unos largos segundos nadie dijo una palabra.
—Yo. —manifestó una delgada llamada Sally y se puso de pie—. Yo pienso que Aide tiene unos ojos tan hermosos que a veces me dan ganas de sacárselos y ponérmelos. —se sinceró y se escucharon risas entre la multitud.
—Un poco agresivo pero me gusta. —comentó Cynthia mientras reía—. ¿Quién sigue?
—Yo pienso que el cabello blanco de Sahona es lo más bello que he visto. —alabó una baja llamada Maryana. Sahona se sonrojó y le agradeció con una sonrisa.
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Resaltado © [COMPLETA]
FantasíaUna gran ciudad en la que reinan los zapatos rojos entre los diferentes tipos de mujeres. Una chica que decide probar algo nuevo, algo más colorido y fuera de lo común. Y una especie de magia o fuerza sobrenatural deseando cambiar el estándar de lo...