Fiorella© (#1)

Capítulo 7: Al descubierto

"¡PERO QUÉ IDIOTA!"

E U F O R I A 

La euforia es un estado mental y emocional de alegría desbordada, en el que se experimentan el júbilo, la felicidad, la excitación y la alegría con una intensidad poco ordinaria. Muchos dicen que son pocas las ocasiones en la cual este sentimiento brota de los más profundo de nuestro ser.

Matteo sentía aquello y mucho más, que los suaves brazos de Fiorella se ajustaran en su cintura cada vez que cambiaba de velocidades en la motocicleta era completamente indescriptible, por una vez en mucho tiempo, lograba tener paz en su corazón al tenerla a su lado.

Era lo que le faltaba, tener a su amiga a su lado...

El  simple hecho de escuchar sus risitas cada cuanto repetía esa acción, un satisfactorio cosquilleo recorrer cada espacio de su ser lo abordaba en formas incontrolables. Era algo que veía por su cuenta, pero agradecía que fuera así.

—¿Te gusta?—gritó sonriente para que su voz se escuchara a través del viento.

Fiorella asintió, soltando otra carcajada—¡Me fascina!—vociferó de vuelta, recostando su cabeza de la espalda del Andreotti—Quisiera que el camino se hiciera más largo—susurró al divisar su hogar más adelante.

No podía describir lo que sentía, la felicidad y la emoción no le cabía en el cuerpo por lo que estaba viviendo. Jamás llegó a creer que pasaría algo así con Matteo, incluso, pensó y creyó que posiblemente no lo volvería a ver.

Por primera vez, le gustó estar equivocada.

El rubio estacionó frente al gigantesco portón de la mansión Morelli, sacando su casco y bajando de la moto.

—Ya somos dos, muñeca—bufó, ayudándola a bajarse e igualmente desabrochando la correa del casco que le prestó.—Sana y salva en casa—murmuró cerca de su rostro iluminado por la luz de la luna.

La morena entrelazó su mirada con la de él, con el típico sonrojo en sus mejillas por el repentino arrebato en su espacio personal.

—Gracias, Matt, que pases linda noche y suerte con tu hermanita, sé que te amará tal y como eres—sin previo aviso tomó su mano, acariciándola y transmitiéndole seguridad—Buenas noches—no titubeó en lo siguiente, dejó un tierno beso en la mejilla del rubio.

Ante eso cerró sus ojos, disfrutando del contacto y volviéndose adicto a él en ese momento. Los labios de la chica eran tal cual los imaginó, suaves, carnosos, apetecibles...

Cuando ella inició alejarse no quiso soltar su mano, por lo que se giró, encarándolo así con genuina tristeza y sólo por eso la soltó nuevamente...Porque era lo correcto después de todo. No supo qué fue lo más doloroso, si verla irse o haberla soltado. Sinceramente...

¿Qué podía hacer?

Subió a su moto, encendiéndola y adentrándose en la carretera. Ya no tenía nada que hacer en ese lugar.

La Morelli con el corazón en la boca, entró rápidamente a la mansión, no queriendo encontrarse con nadie que no fueran Bruno y Nina. Al abrir la puerta de su alcoba localizó a su mejor amiga recostada en su cama mientras jugaba " Call of Duty" en su celular. No pasó mucho tiempo cuando sintió a alguien detrás de ella, volteó, hallando al apuesto castaño.