Capítulo 9 : Aquí estoy 2/2

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"Saludos a la suegra"



—Oh claro, échenme ahora—rodó sus ojos, robándole una de las cajas de pizza y dos latas de Coca-Cola—Ahora sí, puedo irme en paz—sonrió, saliendo de la habitación, no esperando respuesta de alguno.

Suspiró, cerrando tras ella, sosteniendo la pizza con una mano y las bebidas con la otra. Su cabeza aún no terminaba de asimilar lo ocurrido, todo había pasado demasiado rápido.

Carter... Nunca imaginó algo así de su parte.

Su corazón se encogió, pensando que ella estaba haciendo lo mismo con su novio, uno que confiaba en ella y la trataba como una princesa. Ahogó un sollozo lleno de culpa, caminando escaleras abajo en busca de Bruno. Sin embargo, se detuvo al oír extraños ruidos provenir de una habitación del pasillo.

Su curiosidad fue mayor que su razonamiento y caminó hasta el lugar, sorprendiéndose de ver a Bruno destruyendo todo a su paso.

El castaño al percatarse de su presencia la miró, sus ojos destilaban furia e impotencia y no estaba para los sarcasmos de la morena. Con su situación actual era más que suficiente...

—Lo que me faltaba—farfulló con desagrado, caminando de un lado a otro—¿Qué quieres ahora?

La chica dejó la caja de pizza a un lado junto a los refrescos, limpiando sus manos sudorosas del short de su pijama. Se acercó a él con cautela, ladeando la cabeza en un gesto tierno.—Esta vez nada. Sólo que te relajes.

Soltó una risa amarga, caminado a ella—¿Qué me relaje, dices?—negó, girando los ojos—¡Ese imbécil hizo llorar a mi hermana, sabes perfectamente que Fiorella es mi mayor prioridad!—vociferó, causándole un respingón— Así que no me pidas que me calme, Rossi.

Respiró hondo—Sé que estás enojado. Yo también lo estoy, pero lo menos que podemos hacer es perder la cabeza, Fiorella necesita fortaleza en nosotros—tomó su mano con firmeza.—Hay que pensar con mente fría.

Vio de reojo sus manos para luego apartarlas, debía controlarse si no quería otra bofetada. Exhaló profundamente, odiaba admitirlo, pero ella tenía razón...

Siempre la tenía.

Mordió su labio inferior, encarándola detalladamente—Sé que es tonto preguntar, pero. ¿Cómo está?

—Mejor. Más calmada y dormida —mintió con naturalidad. No quería que hiciera un escándalo por tener a Matteo allí—Pedí una pizza, pero durmió antes de que llegara. Así que nos toca comerla nosotros.

Asintió, tomando asiento en la cama.—Al menos está descansando—le arrebató la caja a la chica para abrirla y tomar un pedazo, logrando asombrarla por el arrebato—No me mires así, hoy no almorcé por el entrenamiento.

Esbozó una delicada carcajada, sentándose a su lado para comer —Yo pienso que son las ansias. Estás alterado aún.

Terminó con un trozo e inmediatamente tomó otro, efectivamente seguía con la cólera encima. Sin mencionar que sintió su corazón estremecerse por la cercanía de la morena.

—No puedo darle el lujo a nadie de lastimarla, no soporto verla llorar...—confesó, cerrando su mano hasta hacerla un puño.

—Eres su hermano, no su novio. Hay veces que las cosas no saldrán como queremos, pero no podemos solucionar todo—sonrió, tomando otro trozo y llevándolo a su boca—Ella lo va a superar.

Fiorella© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora