"Comienza donde estás, usa lo que tienes, haz lo que puedes"
Uno
Dos
Tres
Otro puñetazo...
Había perdido totalmente la cuenta de cuántas veces terminó en el suelo con el mismo, o quizás, un dolor más acrecentado en su cuerpo. Respiró con dificultad para intentar levantarse, pero otro golpe en su estómago la devolvió al piso.
Tosió varias veces en un intento fallido de recuperar todo el aire que perdió durante dos horas. Elevó el rostro como pudo y miró de reojo al hombre frente a ella, permanecía con su semblante serio desde que iniciaron el entrenamiento y ya estaba comenzando a hartarle.
—¿Puedo beber agua?—inquirió, temerosa de su respuesta.
No sabía el motivo de su comportamiento con ella, pero le daba miedo el simple hecho de cuestionarlo o reclamarle por algo a lo que era ajena.
Emiliano entrelazó sus dedos y los hizo sonar para acto seguido, estirar los músculos de sus brazos y relajarlos—No, levántate y continúa con tu deber—le extendió la mano par ayudarla, más Fiorella no la aceptó. Se encogió de hombros—Como quieras.
Los hermanos Morelli habían acordado reunirse en la agencia para iniciar con los entrenamientos de su pequeña hermana, pero nunca imaginaron que Emiliano se tomara muy en serio su trabajo hasta llegar al punto de casi dejarla inconsciente.
Después de todo el drama con Bruno y Nina, sus padres no hicieron más que aceptarlo. Se enfocaron más en entrenar y capacitar a su hija para cualquier tipo de situación peligrosa, evitando así que lo sucedido con el Cirujano no volviera a repetirse.
El castaño tensaba la mandíbula cada vez que su hermana terminaba en el suelo gracias a la brusquedad de su hermano mayor. Anhelaba acercarse para poder levantarla y llevársela corriendo de allí, estaba sufriendo demasiado con su primer entrenamiento, y a ese ritmo, mañana no podría ni mover las uñas.
—¿Cuál es la segunda regla de la LIDA?—inquirió Emiliano, llamando la atención de todos.
Fiorella volvió a levantarse a duras penas, respiraba con dificultad y le costaba mantenerse en pie, pero aún así, recolectó la poca fuerza que le quedaba para responder:
—Cero sentimientos, cero emociones...
Bruno desvío su rostro en otra dirección de la habitación cuando escuchó la respuesta errónea de Fiorella. No pasó mucho tiempo cuando un golpe seco impactó contra sus oídos nuevamente, indicando que la había golpeado por millonésima vez en ese día.
Visualizó a su pequeña hermanita en el suelo, con el alma hecha pedazos por admirarla tan lastimada, tan vulnerable, tan rota...
—Segunda regla de la LIDA, jamás abandonar a un compañero en una misión— corrigió el hombre, cruzando sus brazos y ordenándole que se levantara de nuevo.
Sin embargo, fue Bruno quien se levantó de su asiento e hizo lo que más deseaba desde que inició todo eso, pero enorme fue su sorpresa cuando Campeón se posicionó frente a su hermana y comenzó a ladrarle al castaño mayor con ímpetu.
La estaba protegiendo de su propia familia...
El mayor de los Morelli arqueó una ceja, completamente indiferente y extrañado por el comportamiento del animal. Quiso acercarse a Fiorella cuando notó que no se movía, pero el perro volvió a gruñir, advirtiendo que no diera un paso más.
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Fiorella© (#1)
Teen FictionEl pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar. No importa que tan veloz puedas llegar a ser, nunca le ganarás al pasado. Es una enorme caja de sorpresas, cuando pretendes planea...