Ch7: La llamada del negocio...

320 30 6
                                    

Estaba llegando al centro de la ciudad, entonces dije que mejor me iba a dar una pequeña vuelta por ahí.

Me paré frente a una tienda de mascotas. Noté que habían cachorros durmiendo y gatitos jugando entre ellos.

En eso suena mi celular y contesto.

– Lana: Buenas tardes con quién tengo el gusto... Hola señora Carmichael —dijo con asombro..

– Carmichael: Buenas tardes Lanita, quería llamarte porque en mi casa mi hijo al querer sacar una moneda del lavamanos... digamos que hay una fuga... ¿Estás disponible hoy día? -lo dijo suspirando profundamente.

– Lana: Claro señora Carmichael, es un placer trabajar para usted así como Leni lo hizo aunque no de la misma forma jejeje —lo decía de forma amable y encantadora.

– Carmichael: Gracias Lanita, pues sí, como Leni, espero que le vaya bien haciendo diseños allá en la Gran Manzana, bueno Lana te espero, adiós —dijo de manera orgullosa y colgó.

– Lana: Bueno, el deber llama, ahora a... rayos, no tengo mi caja de herramientas... bueno creo que es hora de renovar... —lo dijo dando un suspiro de alegría.

Y me dirigí a una tienda de herramientas, me demoré solo diez minutos para poder comprar un kit de herramientas nuevo para ir a la casa de la señora Carmichael.

Tomé un autobús que me llevaba a la casa de la señora Carmichael en una zona algo acomodada.

Ya había venido por acá varias veces, las personas me conocían porque también reparé algunas cosas en sus casas.

Pero había una casa con jardín exterior hermoso, era la casa de Carol Pingrey, cuando iba a reparar algo a ella, suele hacerme algunas bromas por su intercomunicador, sí, muy graciosa.

Al pasar por este vecindario recuerdo cuando Lincoln me ayudó con uno de mis primeros trabajos.

Recuerdo que la familia me dijo que no pensaron que una linda chica como yo me dedique a este oficio, les dije que me encantaba ensuciarme.

En cambio a Lincoln no le dijeron nada, es más, creo que lo miraban raro.

Si diera mi opinión, pues parecía que pensaban que él se aprovechaba de su hermanita haciendo que ella trabaje por él.

Pero esa fue una de tantas cosas que pase con Linky cuando me ayudaba en Repara Loud.

Caminé y caminé hasta llegar a una casa grande, era hermosa.

Toqué el timbre, se escuchan pasos detrás de la puerta.

– Carmichael: Hola Lana, llegas justo a tiempo -le dio una cálida sonrisa a la fontanera.

– Lana: Por supuesto señora Carmichael, Repara Loud está a su servicio —quitándose la gorra y colocándosela nuevamente.

– Carmichael: Ya sabes donde está el baño Lanita —le dijo con confianza.

– Lana: Déjelo en mis manos, estará en un santiamén —subiendo las escaleras.

Subí hasta el segundo piso, era el lavamanos del baño del segundo piso parecido al de mi casa pero sin las averías y el agujero al lado del excusado.

Al entrar estaba el piso mojado y la fuga seguía ahí.

Bueno es mi especialidad así que será pan comido.

Reparando un corazón roto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora