Ch17: La máquina está en marcha... (1/2)

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Estos días, semanas y meses han sido muy reveladores.

Comenzando con querer cumplir lo que me pidió mi hermano.

Después de ver a Bobbie Fletcher correr y ganar por poco, fui junto a Lily a la casa de Lincoln para almorzar con él, Lía y Stella.

Luego de ayudar a preparar el almuerzo a Stella, la comprendí mucho más.

En el momento de preparar el almuerzo, me di cuenta que ella tiene una gran libertad para tomar los ingredientes y tratar de mostrar algo nuevo.

Me di cuenta que al cocinar no le gustaba seguir un procedimiento único, ella lo hace a su manera, daba a entender que no necesitaba de alguien en realidad para ayudarla.

Preparamos el almuerzo en menos de una hora. Lincoln y Lily charlaban de muchas cosas, él pensaba que interactuando ahora con Lily era como una práctica para poder llevarse con su hija en un futuro, pero en realidad no era necesario porque ya tenía la suficiente experiencia conmigo, Lola, Lucy y Lisa.

Al almorzar, Stella no dejaba de ser muy amorosa con su novio, él no dejaba de corresponderle. Lily reía al notar muy melosos a esos dos, yo solo trataba de ignorar y no mostrar mis muecas de tristeza.

Al término del almuerzo, decidimos quedarnos unas horas más, eran momentos agradables cuando hablaba con Stella o mi hermano me sonreía, sin embargo eran desagradables en parte cuando le daba un beso o se abrazaban.

Regresamos a casa satisfechas, no sin antes quedar con Stella para salir el miércoles y el viernes de la siguiente semana.

Al regresar Lola me llevó a su habitación y me preguntó sobre mi charla con Lincoln, le dije que me entendía del todo, pero que no llegué a decirle lo que siento por él, le dije que estaba demás.

Lola estaba muy pensativa, me dijo que debía saber encontrar un buen momento para decirle lo que siento y liberarme, me dijo que esto ya no tenía que ver con los seis mese que no lo veía.

No era médico, ni psicólogo, no era nada, pero ella tenía ese sexto sentido que tienen los gemelos, se daba cuenta que yo solo me reprimía mucho, así debía ser.

Paso ese día con nuestros padres llegando de un pequeño viaje que hicieron donde la tía Ruth y preguntándonos que hicimos.

La siguiente semana fue de lo más normal solo que esta vez Lola visitando dos veces a Lincoln y su familia.

Cuando salí el miércoles con Stella y Lía en su cochecito a caminar por su vecindario , me dijo de manera vaga que no le agradaba la gente creída y chismosa. Siendo sincera la principio no entendía después lo captaría totalmente.

Luego de pasear por todo su vecindario me dijo que le recordaba a una prima que tenía. Aquella prima era hermana de su primo del que me contó en nuestra primera salida. Lo decía por la sencillez que tenía.

Le confesé algo a Stella, sentí mucha confianza en esos momentos, le dije que aún tengo la manía de comer goma de mascar de los asientos y de la basura, al decir eso me sentí liberada y un tanto avergonzada.

Lincoln le contó eso hace tiempo, me dijo que eso con el tiempo quizás se pierda y si no sucede eso puedo ir a terapia.

Eso me lo habían dicho muchas veces y me enojaba, con ella era distinto, lo decía de una forma en la que solo podía tomarlo de la mejor manera hasta reírme de mi misma.

Aproveché ese momento para hablarle sobre la boda, ella trató de evadir el tema con la excusa de que Lincoln y ella aún lo discutían, le dije que estaba en confianza para decirme cualquier cosa que le desistiera de hacer la boda estos meses. Finalmente me dijo sonriendo como si hubiera escuchado un chiste que mejor lo discutiríamos en la siguiente salida.

Reparando un corazón roto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora