Wrong Side |Ziam Palik|

Capítulo 8.

Lugar correcto.

Zayn llegó a la casa de Liam un poco antes de lo acordado, las luces estaban apagadas y el olor del perfume de Liam era apenas perceptible a esta hora, después de tantas horas de ausencia en casa. Prendió las luces sólo para darse cuenta que todo se veía más o menos igual a la última vez que estuvo ahí. Caminó a la cocina y sacó una cerveza del refrigerador, sus manos estaban temblorosas mientras la destapaba. Intentó tranquilizarse mientras le daba un largo sorbo a la bebida amarga; no funcionó, aun así siguió bebiendo.

Habían pasado cinco días desde la última vez que habló con Liam.- El día del bar. Zayn evitaba pensar en ese momento porque al hacerlo recordaba la manera en que Liam lo había mirado y no le gustaba nada.- Sin embargo, esta vez el pasar tiempo lejos de Liam le había servido bastante. Había estado recordando su conversación con el pelirrojo y las palabras exactas que había usado, nada de eso parecía real en este momento.

Al final del cuarto día- sin hablar con Liam- Zayn había decidido que ya habían tenido suficiente tiempo lejos y que era tiempo de hablar una vez más y como era de esperarse, Liam no creía lo mismo y decidió retrasarlo un día más aun sabiendo lo mucho que Zayn odiaba esperar, él creía que Liam  lo había hecho a propósito, pero no le reclamó o intentó hacerlo cambiar de opinión; estaba bien ceder de vez en cuando.

Liam llego diez minutos después, cuando Zayn estaba por terminar la bebida de su lata.

Zayn salió de la cocina aun con la cerveza en la mano cuando escuchó el ruido de la puerta principal. —Espero que no sea un problema—dijo refiriéndose a la cerveza que había tomado sin permiso. 

Liam suspiró y le dio una rápida mirada a la lata de cerveza, aunque fue en Zayn en quien se concentró. Lucía cansado, Liam no debió sentirse bien por ver a su amigo de esa forma, pero de alguna manera le consoló no ser el único pasándola mal.

—No, de hecho también quiero una. Ha sido un día muy largo.

Liam ingresó a la cocina con Zayn siguiendo sus pasos. La barra de la cocina separando los cuerpos temblorosos de ambos. Liam sacó dos cervezas, colocó una frente a Zayn y la otra la destapó para beberla él mismo, se sentía como si se tratara  de un elixir bajando a través de su garganta.

En las reuniones sociales era bastante común beber una cerveza después de otra para evitar los silencios incómodos, hasta que las personas se desinhibían a causa del alcohol y eran capaces de hablarle a quien nunca lo habían hecho o a hacer cosas que nunca imaginaron, Zayn lo había hecho muchísimas veces  y justo en este momento se sentía de esa forma. Liam no era un extraño, él era su mejor amigo, pero en este momento era como si no se conocieran en lo absoluto y beber cerveza junto al otro fuera lo único que pudieran hacer juntos. Zayn ya no se sentía como el niño caprichoso y berrinchudo que había conocido Liam y Liam cada vez se veía más distante y como si buscara alguna excusa para permanecer lejos de Zayn. 

—Lo siento— susurró el pelinegro cuando al fin se atrevió a hablar.

—¿Por qué te disculpas exactamente?

—No lo sé, supongo que por todo— Zayn se encogió de hombros tratando de restarle importancia a pesar de que sí la tenía.

Liam sacó una cajetilla de cigarrillos de la bolsa interna de su chamarra y un encendedor, arrojó la cajetilla a Zayn para que tomara uno. Cuando Zayn tuvo la cajetilla en sus manos se dio cuenta de que restaban solo cuatro. Liam no solia fumar a menudo, ellos tenían una clase de acuerdo no establecido, Zayn siempre compraba la cajetilla y Liam tenía que asegurarse de no olvidar el encendedor. Se sentía un poco extraño, Liam estaba actuando extraño.