𝐁𝐋𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐆𝐈𝐑𝐋 ━ MICHAEL GRAY

01.

OLIVIA SE ALISÓ EL VESTIDO Y SE LIMPIÓ EL LIGERO SUDOR que se formaba en sus manos. No tenía ningún motivo real para estar nerviosa. Y de todos modos, era el día de la boda de Tommy. Nadie podía estar enojado y ser frío con ella.

Era un día lleno de amor y felicidad.

Y alcohol. Sobre todo alcohol.

Caminando por el sendero de grava, podía ver la enormidad de la nueva casa de Thomas Shelby. Había algunos autos estacionados cerca de las puertas, ella podía escuchar voces parloteando y riéndose.

Ahora o nunca Liv, se animó.

Cuando se acercó a la mansión, se hizo evidente quiénes eran las dos figuras de afuera. Isaiah y Millie. Ambos fumaban y reían juntos. Millie siempre había estado persiguiendo a Isaiah, pero él siempre la rechazó diciendo que ella no era su tipo.

Ahora más viejo y más sabio, él se derrumbó en su camino y realmente se enamoró de la joven. La atención de Millie fue desviada del joven hacia donde estaba, en su lugar se volvió a la figura inminente.

—¡Maldita sea, Liv!—arrojó su cigarrillo al suelo y enrolló a Olivia en sus brazos, meciéndola de lado a lado y chillando.

—Cristo Millie, fui a Australia, no al tercer mundo.

Olivia se rió de las acciones de su amiga pero agradecida le devolvió el abrazo.

Isaiah se volvió incómodo notablemente, aclarándose la garganta para recordar a las chicas que todavía estaba allí.

—Hola, olivia—él extendió la mano para un apretón de manos formal, pero en su lugar también lo abrazó, sorprendiéndolo.

—Te fuiste por tres sangrientos años. ¿Cómo es Australia?—Millie comenzó a cotillear y le ofreció a Olivia un cigarrillo y fuego.

—Caliente. Todo el año realmente. Comparado con Inglaterra.

Liv levantó la vista hacia los cielos ligeramente cubiertos y encendió su cigarrillo.

—¿Pasó algo interesante?

Isaiah ayudó a la chica a impulsar el asunto.

—Mi último pariente restante murió—Liv creó una tensión incómoda en el aire. El silencio rondaba, nadie sabía qué decir—. Aligérense, la odiaba.

Millie e Isaiah soltaron una risa nerviosa.

Lo único que no habían perdido en su ausencia fueron los constantes intentos de Liv de hacer que las situaciones fueran incómodas, solo por el gusto de hacerlo.

—Entra, hay mucho para que te pongas al día.

Millie colocó ambas manos sobre los hombros de Liv.

—Sí, me doy cuenta de eso, pero ¿qué hay de ustedes dos? Parecían muy acogedores mientras me acercaba.

Una sonrisa traviesa apareció en el rostro de Olivia. La pareja de repente se puso muy nerviosa y se sonrojaron.

—Bueno, solo han pasado unos meses, pero estamos tratando de hacer algo nosotros.

Isaiah miraba a Millie y ella lo miraba a él.

Liv los abrazó, tratando de escapar del frío en el aire.

—Estoy muy feliz. Te ha tomado tanto tiempo, Isaiah.

Ella reflexionó y los besó a ambos en la mejilla.

—Entonces vamos. ¿Alguien a quien tengas miedo de ver?—Isaiah las rodeó con sus brazos, con un aire de arrogancia a su alrededor.

—Son los Peaky Blinders, ¿no? Tengo miedo de verlos a todos.

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La fiesta estuvo bien y verdaderamente en pleno apogeo. Las bebidas fluían, la cocaína estaba espolvoreada en algunas mesas y piezas de manto y prácticamente todas las caras de los presentes tenían una sonrisa.

—Baja el cigarro, afloja un poco.

Isaiah le entregó a Olivia una copa de champán.

—Por el amor de Dios, todavía odio estas cosas.

Ella lo agitó en la cara para mostrar su desaprobación, pero él estaba demasiado ocupado escaneando a la multitud.

Millie había desaparecido para tomar algunos bocadillos, no estaría con el estómago vacío después de tomar tanta cantidad de alcohol, con suerte la comida disminuiría los efectos.

—¿Alguien me reconoce?—Liv le gritó a Isiah por la música a todo volumen.

—No sé. Te ves básicamente igual, solo que algo mayor—se encogió de hombros y siguió vigilando la fiesta.

—Muchas gracias—gruñó sarcástica en respuesta y tomó un sorbo de la bebida—. Maduro. Como el queso rancio y viejo.

Su amigo se giró para mirarla y encontrarse con su rostro retorcido.

—¿Qué pasa?

—Sabe a mierda.

—Pero te hará sentir perdida, que es lo que queremos. Así que, bebe.

Él le pellizcó las mejillas y ella respondió con una sonrisa sarcástica. Millie regresó con un puñado de comida. Al abrir su palma, Olivia tomó la que parecía más comestible.

—¿Qué es esto?—miró a su mejor amiga con una mirada de desesperación.

—Ni idea—Millie se encogió de hombros—. Vi a Polly y Ada por allí, así que si quieres suavizar el golpe, ve a hablar con Ada.

Ella continuó comiendo la comida de su mano como un caballo.

—No, todavía no estoy lo suficientemente borracha.

—Bueno, vamos a comer pronto, así que me apresuraría antes de que aterrices junto a alguien que no te ha hablado en tres años.

Isaiah se rió y apartó algunas migajas de la esquina de la boca de Millie. Ella se rió y lo besó.

—Bueno, yo también los dejaré.

Liv colocó su vaso apenas tocado y se aventuró entre la multitud.

Todavía tenía a todos alrededor de su dedo, sin que ella lo supiera. Respiró hondo y escaneó, antes de localizar a sus personas favoritas. Enroscada en una sonrisa, se dirigió directamente a los verdaderos Peaky Blinders.