𝐁𝐋𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐆𝐈𝐑𝐋 ━ MICHAEL GRAY

03.

—Aquí va, ¡adelante Arthur!

Varios abucheos llegaron a la habitación cuando Arthur se puso de pie para su discurso.

John ya estaba ebrio, arrastrando las palabras y los párpados caídos. Grace entrelazó su brazo con el de Tommy. A pesar de que ella lo vendió hace unos años atrás, estaban muy enamorados, como el primer momento.

Olivia por su parte, estaba furiosa.

Ella no tuvo la oportunidad de defenderse del hombre que la echó de su asiento, a pesar de que en realidad era suyo. Estaba sentada al lado de Curly, que con su alma inocente, constantemente revisando para ver si Liv estaba bien. Él la alejó antes de comenzar una pelea y la llevó a otro asiento apropiado para evitar la confrontación el día de la boda de Tommy, todos estaban bajo sus estrictas órdenes de no pelear.

Curly solía dejar que Liv lo ayudara a cuidar a los caballos, tenían una estrecha amistad.

—Señorita Hamilton, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarla?—le tocó el hombro una vez más.

—Llámame Liv. No tienes que dirigirte por mí así Curly. Estamos en el mismo nivel.

Ella le sonrió tiernamente.

Él asintió con aprobación, sintiéndose bastante orgulloso de la mujer respetable en la que se había convertido.

—Correcto, soy el de los discursos...—comenzó Arthur.

Los nervios eran evidentes en su rostro, y también en el de Tommy.

—¡Canta entonces!—John gritó entre las caladas de su cigarrillo.

—¡Cállate, John!—Olivia lo regañó, llamando la atención de todos.

Ella bajó la cabeza avergonzada, sintiéndose vulnerable por todas las miradas. Un pequeño resoplido salió del asiento de Polly en la mesa mientras trataba de ocultar su diversión.

—Lo haré luego, John. Gracias por eso, Olivia—Arthur asintió hacia Liv, quien aún no había levantado la vista del tenedor con el que estaba jugando—. Pero, eh, tengo algunas palabras escritas aquí.

Continuó, buscando un trozo de papel que estaba escondido en su chaqueta.

—Esto no incluye todo lo que quiero decir.

Tommy estaba cada vez más agitado y murmuró algunas palabras a Arthur que Liv no podía escuchar al otro lado de la mesa.

Una vez que pensó que era seguro, la rubia dejó de jugar con el tenedor. Todos miraban a Arthur, excepto uno de los invitados... el sujeto al que Liv le quitó el asiento, aquel joven estaba centrando en ella.

Mirándola de arriba abajo, tratando de obtener una explicación de quién era.

—¿Qué mierda quieres?—Olivia articuló hacia él, para no causar otra escena.