Cuatro días después de navidad yo aún no había metido los muebles de mi bebé en su cuarto, en realidad, no había hecho absolutamente nada en esos días, solo mantenerme en cama, bajo el intenso cuidado de Dylan ya que había obtenido un pequeño resfriado. Había convencido a Dylan de que fuera a su casa a descansar la noche anterior ya que no se había despegado, literalmente de mí los últimos días. No era como si me molestara, claro que no, pero él se veía agotado y estaba casi segura de que no dormía durante la noche, solo para vigilarme.
Me levanté de la cama sin ánimos, seguía sintiéndome débil, con frío y un poco mareada. Caminé hacia el baño donde me di una rápida ducha tibia y volví a la habitación para ponerme un pantalón y una blusa holgada. Apenas terminé de cambiarme sentí como golpeaban la puerta de entrada, caminé hacia allí y al abrirla me encontré con Dylan.
- Hola Dylan – sonreí al verlo.
- Hola bonita, ¿Te sientes bien? – susurró al verme y suspiré
- Estoy agotada, no dormí bien, creo que aún tengo un poco de fiebre y debo ir al médico – intenté sonreír y acarició mi cuello hasta mi mejilla lentamente comprobando mi temperatura - ¿Podemos vernos luego?
- ¿Quieres que te acompañe? – preguntó, lo quedé mirando.
- No tienes que hacerlo por obligación, tú tienes que hacer tus cosas también, Dylan – susurré – has cuidado de nosotros los últimos días y... - tocó mi vientre mientras ponía su dedo en mis labios.
- Vamos, iremos en mi coche – se alejó de mí para caminar hacia la puerta – Quizá el médico pueda darte algo para la gripe que no le haga daño al bebé
- Sí, es una buena idea – susurré.
Cuando subí a su auto le dije donde era que debíamos ir.
- ¿Por qué no vas al hospital St. Thomas? – preguntó confundido – queda más cerca, y hay bueno doctores.
Lo miré intensamente unos segundos y desvié la mirada.
- No volveré a ese hospital.
- ¿Por qué? – me miró confundido antes de volver a mirar hacia la carretera – En verdad son...
- ¡No son buenos! Ellos no salvaron a Daniel – grité y me miró sorprendido.
- Lo siento, Lottie, no lo sabía – susurró y suspiré mientras apoyaba mis codos en mis muslos, sujetando mi cabeza en mis manos.
- No, yo lo siento, tú no tienes la culpa – suspiré – lo siento, Dylan, me estoy comportando como una perra.
- No, no lo haces – me miró divertido – te comportas como embarazada, Charlotte, aparte fue mi culpa.
- No, no lo fue – suspiré y me acerqué a él para apoyar mi cabeza en su brazo – no soy quién para descargar mi frustración en ti, te has comportado tan bien con nosotros y yo te ataco como si tuvieras la culpa de todo, no es justo.
- Lottie – me miró divertido – tus cambios de humor me encantan, aunque a veces me gustaría callar tu ataque con un beso.
Lo miré sorprendida mientras bajaba del auto y caminó hacia mi puerta para abrirla. Me tendió su mano y la tomé sin dudar.
El me gustaba, demasiado, y las últimas dos semanas habían sido sin duda geniales, bueno, aunque no habían sido dos semanas completas aún.
Cuando entramos a la sala de espera solicité una cita con la recepcionista, me senté y tomé su mano para hacerlo sentar a mi lado ya que había comenzado a caminar de un lado a otro.
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Cerca de tu Corazón (DO'B)
RandomDefender a las personas, atrapar delincuentes e intentar mantener el país a salvo. Esa siempre fue la misión de Charlotte Windsor y su equipo. Aunque sabía que su vida siempre corría peligro, al igual que la de su novio, Daniel Sharman. No había...