Cerca de tu Corazón (DO'B)

4.

- Lo siento, fui muy ruda en el almuerzo - lo miré - no me correspondía decir todo eso.

- Me alegro que lo hayas dicho - sonrió de lado.

- Mh... ¿quieres pasar a tomar un café? - susurré cuando estacionó el auto en la puerta del edificio.

- Claro, porque no. - nos bajamos juntos del auto y caminamos hacia el edificio.

Apenas entramos caminamos hacia el ascensor para ir hacia mi departamento, no dijimos nada, sólo nos quedamos en silencio y a decir verdad era un poco incómodo.

Lo miré de reojo y vi que estaba apoyado contra una de las paredes mirándome. Desvié la mirada cuando se abrió la puerta, salí casi corriendo hacia la entrada de mi departamento, pero apenas entré en él, sentó como me tomaba del brazo.

- Lottie, por favor, no lo hagamos así - lo miré - no compliquemos las cosas, me gustas que seas sincera conmigo, no debes avergonzarte por ello - acarició mi mejilla y sonrió - me gusta que seas sincera, no importa el resto ¿Sí?

- Lo intentaré - susurré - prepararé café.

- Tomaré té contigo - sonrió de lado y asentí.

Caminé hacia la cocina y vi a Igor durmiendo en la encimera por lo cual acaricié su cabeza antes de comenzar a preparas los tés.

Escuché a Dylan entrar en la cocina y sentí a Igor maullar, a él no le gustan las personas, apenas y dejaba que Tyler lo tocara.

- Hey, gatito - dijo Dylan.

Giré para advertirle que Igor lo atacaría si lo tocaba, pero me quedé helada al ver a mi gato todo estirado, ronroneando mientras Dylan lo acariciaba. Vi como levantó su mirada y se quedó mirándome.

- ¿Qué sucede? - sonrió de lado.

- Le agradas - reí despacio - a Igor no le agrada mucha gente.

- Es un lindo gato - me miró - no acostumbro a ver gatos completamente negros.

- ¿Eres supersticioso? - levanté una ceja y rió.

- No, en realidad me gustan - sonreí de lado mientras preparaba los tés y cuando los tuve hecho giré con ellos en mis manos.

- Déjame ayudarte - tomó ambas tazas y salimos de la cocina hacia la sala donde nos sentamos.

- ¿Ya has empezado a trabajar? - pregunté y me miró.

- No, empiezo luego del as fiestas - me dio una taza - ¿Acaso quieres librarte de mí tan pronto?

- No - me sonrojé - no, es que, bueno, como pasas tanto tiempo conmigo, me preguntaba cuando era que trabajabas - reí.

- Oh, crees que soy un holgazán - levanto una ceja.

- Mejor me callo - susurré mirando mi taza - lo siento.

- Estaba bromeando - levantó mi cabeza mientras sonreía - es solo una broma, Lottie, me gusta bromear contigo, me siento cómodo.

- También me siento cómoda contigo - fruncí el ceño - es extraño, demasiado extraño ¿Sabes? Te conocí ayer.

- Lo sé - rió.

Lo quedé mirando y no pude evitar sonreír, su sonrisa era única, radiante y si no sonara más cursi, hubiera dicho que también iluminaba toda la habitación.

Sus ojos se posaron en los míos y no quité la mirada, me gustaba mirarlo a los ojos y aunque podía ver a Daniel, de alguna extraña forma en ellos, podía ver peligro y eso era tentador.