1

16 7 3
                                    

Hola preciosos.
Es la primera vez que publico algo en wattpad, no se si les gustará ojala que asi sea.

- ¿No sabes que no puedes estar aquí?- escucho una voz a mis espaldas.

Me doy la vuelta y veo que es Emma un chica rubia de pelo rizado que se dedica a hacerme la vida imposible.

- Creo que no estoy haciendo nada malo - le respondo sin ganas de discutir.

- Te lo advertí Laia, si no conseguías que nuestro trabajo tuviera un sobresaliente mi madre se enfadaría conmigo y eso tendría consecuencias para ti.

Emma era la siguiente en el orden de lista, y en la asignatura de Inglés práctico la profesora se había empeñado en que las parejas para los trabajos siguieran ese orden. Yo había tenido problemas en casa esa semana y la verdad que no había hecho el trabajo de mi vida.

- Hola. ¿Me estas escuchando? - exclama con un tono que no me gusta nada - Que te vayas de aquí zorra.

Me doy la vuelta y empiezo a recoger mis cosas no tenía ningunas ganas de enfrentarme a Emma y sus amiguitas. Me agacho para recoger la mochila y de repente, noto un líquido frío que cae por mi cabeza y comienza a recorrer mi espalda provocando que me levante de un salto. Era leche.

- Emma te estás pasando, no merezco esto - le digo girándome hacia ella - no te he hecho nada.

- ¿Que no me has hecho nada?- dice riéndose - Vosotras escucháis lo mismo que yo ¿verdad? - se dirige a su grupo de amigas que esta unos pasos por detrás.

- Ya sabéis que hacer - exclama.

Veo que empiezan a sacar móviles y a grabarme. No entendía nada de lo que estaba pasando, yo no le había hecho absolutamente nada. Sentía tanta rabia que una lágrima comenzó a caer por mi mejilla mientras apretaba los puños con fuerza.

- Eres una hija de puta, esto no es nada. Te mereces lo peor - sigue Emma con sus hirientes palabras.

De pronto noto que me ahogo y me levanto sobresaltada de la cama. Todo había sido un sueño, pero Emma había sido real en mi pasado y no podía sacármela de la cabeza después de todo.

Intenté no pensar más en ello durante el día, pues era mi primer día en la Universidad y no quería que unos pensamientos tontos lo estropearan.

Me dirigí al baño para asearme un poco antes de ir a desayunar, pero mi madre se adelantó a mis pasos y me detuvo en el pasillo.

- Hija, necesito que bajes a comprar o te vas a quedar sin comer hoy. Porque yo no puedo estar en todo, tienes que ayudarme tu también - me dice.

- Buenos días a ti también Mamá - digo con cara de pocos amigos.

Lo que me faltaba esa mañana, que mi madre estuviera detrás de mi.

- Laia, a mi no me hables así. No tardes en desayunar y bajas - sigue diciendo.

- Vale - contestó sin muchos ánimos.

Después de dejar todo decente en casa cojo las llaves y dinero y me bajo a comprar, a ver si acababa rápido y podía centrarme en ir a clase o llegaría tarde el primer día.

Entre rosas y espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora