Hola preciosos.
Es la primera vez que publico algo en wattpad, no se si les gustará ojala que asi sea.- ¿No sabes que no puedes estar aquí?- escucho una voz a mis espaldas.
Me doy la vuelta y veo que es Emma un chica rubia de pelo rizado que se dedica a hacerme la vida imposible.
- Creo que no estoy haciendo nada malo - le respondo sin ganas de discutir.
- Te lo advertí Laia, si no conseguías que nuestro trabajo tuviera un sobresaliente mi madre se enfadaría conmigo y eso tendría consecuencias para ti.
Emma era la siguiente en el orden de lista, y en la asignatura de Inglés práctico la profesora se había empeñado en que las parejas para los trabajos siguieran ese orden. Yo había tenido problemas en casa esa semana y la verdad que no había hecho el trabajo de mi vida.
- Hola. ¿Me estas escuchando? - exclama con un tono que no me gusta nada - Que te vayas de aquí zorra.
Me doy la vuelta y empiezo a recoger mis cosas no tenía ningunas ganas de enfrentarme a Emma y sus amiguitas. Me agacho para recoger la mochila y de repente, noto un líquido frío que cae por mi cabeza y comienza a recorrer mi espalda provocando que me levante de un salto. Era leche.
- Emma te estás pasando, no merezco esto - le digo girándome hacia ella - no te he hecho nada.
- ¿Que no me has hecho nada?- dice riéndose - Vosotras escucháis lo mismo que yo ¿verdad? - se dirige a su grupo de amigas que esta unos pasos por detrás.
- Ya sabéis que hacer - exclama.
Veo que empiezan a sacar móviles y a grabarme. No entendía nada de lo que estaba pasando, yo no le había hecho absolutamente nada. Sentía tanta rabia que una lágrima comenzó a caer por mi mejilla mientras apretaba los puños con fuerza.
- Eres una hija de puta, esto no es nada. Te mereces lo peor - sigue Emma con sus hirientes palabras.
De pronto noto que me ahogo y me levanto sobresaltada de la cama. Todo había sido un sueño, pero Emma había sido real en mi pasado y no podía sacármela de la cabeza después de todo.
Intenté no pensar más en ello durante el día, pues era mi primer día en la Universidad y no quería que unos pensamientos tontos lo estropearan.
Me dirigí al baño para asearme un poco antes de ir a desayunar, pero mi madre se adelantó a mis pasos y me detuvo en el pasillo.
- Hija, necesito que bajes a comprar o te vas a quedar sin comer hoy. Porque yo no puedo estar en todo, tienes que ayudarme tu también - me dice.
- Buenos días a ti también Mamá - digo con cara de pocos amigos.
Lo que me faltaba esa mañana, que mi madre estuviera detrás de mi.
- Laia, a mi no me hables así. No tardes en desayunar y bajas - sigue diciendo.
- Vale - contestó sin muchos ánimos.
Después de dejar todo decente en casa cojo las llaves y dinero y me bajo a comprar, a ver si acababa rápido y podía centrarme en ir a clase o llegaría tarde el primer día.

ESTÁS LEYENDO
Entre rosas y espinas
RomanceLaia tiene 19 años y empieza la universidad intentando dejar atrás el dolor que ha sufrido en su pasado. En su búsqueda de la felicidad encontrará obstáculos que taparan su camino, pero mientras lucha por sus sueños apareceran personas que la ayudar...