The Soulless King © +18 | Alex Høgh Andersen

Capitulo 4

¿Estaba equivocada? Aun no lo se en realidad y es que el príncipe Aren ha partido junto a sus soldados hacia Valkan.

De eso hace ya siete lunas y la verdad es que me he sentido muy cómoda sin su presencia.

Pensaba que esto seria mas duro, pero lejos de serlo es todo un entretenimiento y por primera vez en mi vida me siento útil y valorada.

Por que aun que para Aren sea una esclava, ante su ausencia soy una doncella mas que es respetada.

Tengo comida, un buen techo, nuevas amigas y un sueldo que el príncipe no sabe que me han concedido. No es mucho, pero al menos podré guardarlo para un futuro. Lejano futuro.

El unico inconveniente es que no puedo abandonar el castillo, solo pidiendo permiso. Pero no lo hago, ¿para que? Mi madre no quiere verme y Adele suele pasar a visitarme escabulléndose a través de la puerta trasera de la cocina que da al enorme jardín del castillo. Obviamente todo esto con la ayuda de Marga.

Marga es como la abuela que nunca tuve, ella me cuida, es amable y se hace cargo de mi. Ella responde por todos mis errores y me enseña a hacer bien mi trabajo.

-¡Lizbeth! -llama la princesa Esme entrando corriendo a la cocina.

Ella es tan traviesa, mas de una vez me ha gastado bromas pesadas, pero lejos de molestarme le sigo el juego y ambas nos divertimos haciendo que los días pasen mas amenos.

-Si princesa Esme.

-¿Que te dije de llamarme así?

-Perdón.

-Deja lo que estás haciendo, el señor del universo ha llegado. -dice rodando sus ojos mientras se apoya contra la mesa de madera. -Y su perrito también.

-¿Que?

-Aren, Lizbeth, Aren ha vuelto junto a Andrei y te reclama en la sala del trono.

-Maldición, ¿y por que viniste tu a avisarme? -digo mientras limpio mis manos sobre el delantal y me quito este con rapidez.

-Por que el lo mandó, y como lo que el diga hay que obedecerlo, pues eso. Lo odio, pensé que su vuelta seria como cuando eramos pequeños.

¿Como era Aren de pequeño?

No, no tengo tiempo para eso. Así que a paso rápido salgo de la cocina y atravieso los largos pasillos hasta la sala principal del trono donde como Esme dijo, Aren permanece sentado en su trono.

Su rostro se gira en cuanto Andrei parado a su lado me ve y se inclina hacia Aren para avisarle de mi presencia.

Y como siempre sonríe, es lo único que sabe hacer, pero no es una sonrisa para nada amigable. Eleva su mano y hace un gesto hacia mi con dos de sus dedos para que me acerque.

¿Como podría negarme?

Así que comienzo a caminar hacia el y me detengo a su costado derecho mirándolo desde arriba. Y le gusta, parece que disfruta de la vista.

Pero algo aquí está diferente.

¿Donde están los tronos de los reyes? ¿El los ha mandado retirar? Parece que Aren tiene mas poder del que jamas había pensado.

-¿Me extrañaste? Responde con inteligencia querida. -advierte antes de recorrer mi silueta con su mirada.

-Si mi señor.

-Vaya, te han adiestrado bien.

¿Adiestrado? ¿A caso ahora soy un perro o que?

-¿Se le ofrece algo príncipe Aren?