The Soulless King © +18 | Alex Høgh Andersen

Capitulo 14

Andrei tira de mi brazo para que camine con mas rapidez bajo la lluvia que ahora se ha vuelto mas intensa y ha hecho que todo el mundo en el campamento enloquezca. 

El viento es tan potente que ha conseguido hacer volar algunas tiendas,  y como no, todos intentan no ser llevados al suelo por el. 

No se que está pasando, ¿como un día tan soleado se ha convertido en algo tan desastroso? Aun que lo que algunos apuntan es la ira de Valka, por que para ellos, su dios quería sangre y yo soy la culpable de haber detenido la guerra con una sola muerte.

Mi cuerpo comienza a temblar y es que estoy totalmente empapada debido a la tormenta, debido a atravesarla hacia lo que según Andrei, será mi juicio. 

Cuando llegamos frente a la tienda Andrei la abre para mi y suelta mi brazo para indicarme que me adentre al lugar. 

Tomo varias bocanadas de aire y lo observo haciendo caso a sus indicaciones adentrándome no sin dejar de mirarle esperando algún tipo de seguridad que no existe. No hay seguridad alguna para mi.

-Pequeña perra...

-¡Eh! Cuidado con como te diriges a ella. -amenaza Aren a su tío que se dirige hacia mi pero frena su paso al escuchar a su sobrino.

-¿La vas a defender? Tu viste lo que hizo, mató a mi mejor soldado, paró la lucha, ¿¡Por que todos dejaron de luchar Aren!? ¿¡Que les hiciste a todos esos hombres que solo se quedaron mirando!?

-Yo no hice nada. -digo confusa y temblando debido al frío que mi cuerpo tiene. -Yo solo... no fue justo.

-¿¡Te crees que me importa lo justo!? ¡Mataste a mi mejor hombre por un muchacho de mierda que solo estorbó!

-Tu mejor hombre soy yo y te vuelvo a repetir tío, cuida tu lengua, estas hablando con mi esclava.

-Oh vamos Aren, todos son tus esclavos, todo el reino de Rigues lo es, por que para ti nadie debe tener libertad, ni voz ni voto.

-¿Y yo que soy de Cedric? He sido esclavo de este continente, de mi reino, tuyo, de mis padres, toda la vida. Esclavo de la guerra, de la muerte, ¿quien se preocupó por mi? Pero a diferencia de todos, yo merezco mi libertad, por que luché por la libertad de los demás y en ved de recibir lo que me merezco, ¿sabes como me recibieron? Con miedo, escondiéndose cual ratas de la persona que les ha estado protegiendo de la invasión. No se merecen mi compasión, todos se han encargado de convertirme en lo que hoy día soy.

-¿Y ella si merece tu compasión después de matar frente a nuestros enemigos a mi, quiero decir, a uno de nuestros mejores hombres? 

-Así es.

-¿Que ejemplo estas queriendo dar? ¿De blando? Tu no eres el niño que un día llegó a las puertas de mi hogar, Aren. Si te temen, debes aceptar por que lo hacen, por que eres oscuridad.

-No lo es. -digo llamando la atención de ambos hombres. 

-Tu no lo conoces niñata entrometida.

-Una vez me dijiste que tu y yo eramos iguales. -digo dirigiendo mi mirada Aren. -Ahora lo entiendo.

Ante la confesión de Aren, no quiero ni imaginarme lo que ha sido su vida. Tanto el como todos los soldados han sigo nuestros esclavos, nuestros protectores, ¿y que reciben a cambio? Les tememos por matar, por vivir en la guerra. Y ellos, lo hacen por nosotros, por mantener a todos los reinos seguros. 

¿Quienes son los malos en realidad? Está claro que el pueblo hemos sido los villanos que se han aprovechado de la buena vida que hemos tenido siendo unos malagradecidos.