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Su primera mañana en América lo recibió con un desayuno propiamente occidental. Jungkook llegó hasta el comedor en silencio luego de que Seokjung se encargara de despertarlo. Al llegar se encontró a toda la pandilla compartiendo la enorme mesa de dieciséis asientos en medio de conversaciones que viajaban de punta a punta. Fruta picada, pan tostado, mermelada, avena, leche de almendras, yogurt y una pequeña montaña de granola justo al centro.

—Buen día, Jungkook– saludó Suran —¿hay algo en especial que quieras desayunar?–.

—Con todo esto es mas que suficiente– comentó al tiempo que buscaba un lugar donde sentarse, preferiblemente lejos de Taehyung y de los gemelos Kim.

—Se nota que te ejercitas, seguro sigues dieta rica en carbohidratos y carne magra ¿me equivoco?– la chica recorrió los brazos descubiertos de Jungkook quien en ese momento recordó que llevaba una simple playera de tirantes.

—Suran noona es nutriologa– explicó Jimin con una sonrisa, bastante orgulloso.

Jungkook asintió a sus palabras sin saber si felicitar o sacar tema de conversación en base a dietas y nutrientes. Lanzó una mirada alrededor de la mesa buscando a alguien mas que siguiera la conversación por él. Odiaba ser quien hablara, nunca decia nada interesante y sinceramente no era muy hablador.

Su salvación o mejor dicho su hundimiento llegó de mano de los gemelos Kim.

—Deja de presumir a tu futura nueva familia, Jimin– dijo Seokjin con tono ligero —nos haces sentir envidiosos al resto–.

—Además, seguro a Jungkook no le gusta ser el centro de atención. Debe ser tan popular que seguro le fastidia tener las miradas sobre él todo el tiempo– agregó Seokjung, sonriendo.

—Seguro tienes muchos pretendientes– Seokjin se inclinó al frente de la mesa.

—Creo que incluso en el avión hizo algunos– completó Seokjung, llevándose un poco de banana en rodaja hasta su boca.

La cuchara de Taehyung trastabilló sobre su plato de avena.

—¿De verdad?– la madre de Jimin sonrió alegremente —bueno, no me sorprende, Jungkook siempre ha sido muy amable y atractivo.

Y luego el padre de Jimin remató con un sincero;

—Siempre fue mi favorito de los novios de Jimin... Ah, claro, sin ofender–.

Jungkook se hundió en su asiento cuando Jimin palideció y empezó a reclamarle a su padre mientras Yoongi a su lado fingía que el comentario era lo mas gracioso que había escuchado en su vida. Pero se le veía muy, muy molesto pese a su intento de parecer inalterable. La mesa se sumió en un ambiente pesado que contrastaba terriblemente con las sonrisas maliciosas y casi felices de los gemelos Kim.

Luego del desayuno, Jimin los guió a todos hasta el jardín en donde se planeaba llevar a cabo la ceremonia. Les explicó detalladamente cómo y dónde iría cada cosa. Su rostro parecía un faro iluminado mientras se paseaba entre los rosales que bordeaban el camino de piedra tallada simulando un elegante vals de bodas.

Si le hubieran pedido a Jungkook que representara la felicidad en una imagen, definitivamente elegiría esa, porque nunca había visto a una persona más feliz en su vida.

Cerca del medio día, el grupo se puso de acuerdo para pasar la tarde en la enorme piscina de la casa. Jungkook no estaba feliz con eso.

—No empaque mi traje de baño– se excusaba mientras Jimin insistía en hacerlo entrar al agua con el resto.

—¡No seas aburrido, Jungkookie! Usa cualquier otra cosa– pedía, esbozando un puchero adorable.

—Puedes usar esto– Seokjung le lanzó un cortísimo short ajustado de esos que apenas alcanzaban a cubrir lo necesario.

El Club de los Ex Novios [KV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora