Era el 1ro de septiembre, a las 10 a.m., y una sensación extraña se apoderaba de mí. Durante siete años, este día significaba el inicio del año escolar, abordando el Expreso de Hogwarts. Pero ahora, solo quedaba la melancolía y un intenso deseo de ducharme y desayunar.
A mi lado, Angela yacía dormida. Recordaba vívidamente el día en que llegué a Hogwarts; ella fue mi guía, mi prefecta. Incluso en mi primera semana, me reprendió por perder puntos para Gryffindor debido a una tontería con Merula en la clase de Pociones.
"¿Dónde estará Merula ahora?", me preguntaba.
No la había visto desde aquel último día en Hogwarts. Ella me había evitado en el viaje de regreso en el Expreso y, una vez en la plataforma 9 3/4, desapareció sin dejar rastro.Decidí aprovechar que Angela aún dormía para tomar una ducha. El agua siempre me ayudaba a aclarar mis pensamientos. Después de todo, la gente me consideraba un joven problemático, en parte gracias a los disparates que Rita Skeeter escribía sobre mí en El Profeta Diario. Pero, después de ocho años siendo el centro de atención, la opinión pública ya no me afectaba tanto como antes.
Terminé de ducharme, me vestí en el baño y decidí salir. Justo en ese momento, Angela despertaba. Me miró y sonrió con dulzura.
—Buenos días, Benjamin —dijo con alegría.
—Buenos días, Angela. Disculpa si fui atrevido al ducharme antes, pero tengo una reunión con un amigo que pronto trabajará en el extranjero y quería despedirme.
—Oh, está bien, no te preocupes.
—Entonces... me voy para no llegar tarde. Mantengámonos en contacto, envíame una lechuza, ¿sí?
—Claro, Benjamin, lo haré.
—Adiós.
Me preparé para hacer una aparición, dirigiéndome a la casa de Tonks. Me preguntaba de qué color estaría su pelo esta vez. Con la esperanza de encontrarla desayunando, ya que mi estómago gruñía de hambre, realicé la aparición a una cuadra de distancia. No quería ser invasivo; a las familias de magos tradicionales generalmente les gusta mantener ciertas formalidades. Aunque a señor Tonks nunca le importaron esas normas, sentía que debía mantener cierta cortesía, ahora que ya era adulto... o eso creía.
Al llegar a la casa, abrí la reja con cautela y me dirigí a tocar la puerta, pero esta se abrió antes de que pudiera hacerlo.
—Ya me estaba preocupando que no vinieras —me dijo Tonks, con su pelo teñido de amarillo esta vez.
—¿Alguna vez he fallado? —pregunté con una sonrisa.
—No, pero siempre hay una primera vez —respondió ella, entre risas.
—Ja, ja, ja. Dudo fallarle a una amiga, aunque debería, con ese pelo amarillo espantoso —bromeé.
—¡Hey! No te metas con mi pelo —replicó Tonks, fingiendo estar ofendida.
—Te quedaba mejor el rosado —comenté.
—Puede ser, pero hay que cambiar de vez en cuando —admitió ella.
—Entonces, prueba con el violeta —sugerí.
—Lo pensaré. ¿Ya desayunaste? —preguntó, cambiando de tema.
—No, si recién me desperté —respondí.
Cruzamos el umbral de la casa, un lugar que ofrecía una mezcla única: el meticuloso orden de la señora Tonks se mezclaba con el caos característico del señor Tonks, un desorden que, al parecer, Tonks estaba adoptando cada vez más.
—¿Tus padres, Tonks? —pregunté mientras me acomodaba en una silla.
—Están trabajando. ¿Qué prefieres, té, café o jugo? —inquirió ella, dirigiéndose a la cocina.
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RompeMaldiciones Vol 1
FanfictionLa historia del protagonista de Hogwarts Mystery luego de haber terminado el colegio.